Luego del fuerte golpe que representó el coronavirus en Estados Unidos, no sólo en el ámbito sanitario, sino también en el económico, el presidente Joe Biden ya valora opciones para atacar esta crisis.
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El país norteamericano es el más afectado por la pandemia. De acuerdo a la Universidad Johns Hopkins, hasta este 28 de marzo, registra 80 millones de contagios y 977 mil fallecimientos, a causa del coronavirus.
Pero eso no es todo. La nación de las barras y las estrellas también se ha visto golpeada con una crisis financiera e inflación, que pegan en el bolsillo diario de los ciudadanos.
Biden busca impuestos mayores a millonarios
Ahora, el presidente Biden tiene la intención de proponer un impuesto mínimo de 20 por ciento a hogares con más de 100 millones de dólares y reducir en más de un billón de dólares los déficits presupuestarios proyectados para la próxima década, de acuerdo a una hoja informativa difundida el fin de semana por la oficina presupuestaria de la Casa Blanca.
La instauración del impuesto mínimo a la la población de EU más rica supone una importante reorientación del código fiscal. Se aplicaría 0.01 por ciento de los hogares más ricos y se prevé que la mitad de la recaudación prevista provendrá de las casa que cuentan con mil millones de billetes verdes o superan esa cantidad.
De esta forma, el impuesto mínimo de los más acaudalados impedirá que den tasas menores que las familias que se consideran de la clase media.
Además, Biden y su equipo de trabajo creen que contribuirán a generar ingresos para financiar los programas del líder de los demócratas y a contener relativamente el déficit en la economía de la nación.
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En la propuesta del mandatario, los déficits menores también reflejan un resurgimiento de la economía a medida que EU sale de la pandemia del COVID-19.
El défini bajó
Y es que la disipación del coronavirus y el crecimiento permitieron que el déficit baje de 3.1 billones de dólares en el año fiscal 2020 a 2.8 billones el año pasado y a 1.4 billones como se proyectaba para el año actual.
Ese gasto deficitario redundó en una expansión económica a un ritmo de 5.7 por ciento el año pasado, el más fuerte desde hace 38 años.
La inflación más elevada en cuatro décadas también acompañó esos sólidos avances, en momentos en que el aumento de los precios ha afectado la popularidad de Joe Biden.
