La ONG avisa de que si las autoridades no asumen esta responsabilidad, los que huyen pueden quedar «desatendidos»
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MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
La ONG Amnistía Internacional (AI) ha reclamado este martes a las autoridades de Polonia «liberar» a los voluntarios de la responsabilidad de recibir a quienes huyen de Ucrania y «adoptar medidas concertadas», además de «abordar la situación caótica y peligrosa» para evitar «mayor sufrimiento» a los que huyen del conflicto.
Tras una visita de diez días a Polonia, AI ha alertado de que la responsabilidad principal de ayudar a quienes salen de Ucrania ha recaído hasta ahora en la ciudadanía correinte, las ONG y los ayuntamientos, «que se enfrentan a desafíos tremendos».
«La solidaridad demostrada por el voluntariado en Polonia es admirable, pero si las autoridades centrales no asumen la responsabilidad y adoptan medidas concertadas, las personas que necesitan protección y asistencia corren el riesgo de quedar desatendidas», ha señalado el director de AI para Europa, Nils Muiznieks.
«Quienes han huido de Ucrania están impacientes por recibir información fiable sobre refugio, transporte y situación jurídica en la que se encuentran pero, si no hay coordinación, corren el riesgo de no obtener esa información básica y de ser acosados o acechados por delincuentes», ha agregado, antes de pedir al Gobierno polaco dar «un paso adelante» para «afrontar estos desafíos y preservar la seguridad de la gente».
AI ha resaltado que el número de personas que huyen dentro de Europa no tiene precedentes de la Segunda Guerra Mundial y Polonia está recibiendo a la mayoría, al tiempo que ha reconocido que la entrega del voluntariado es «admirable». También ha destacado que el enfoque del Gobierno, «ahora mucho más abierto», está facilitando esta labor, pero ha resaltado que «contrasta con las políticas de devolución y encierro aplicadas anteriormente a quienes huían de otros conflictos y entraban en Polonia a través de Bielorrusia».
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En cuanto al voluntariado, la ONG ha indicado que miles de personas han prestado ayuda en las fronteras de Polonia con Ucrania y en las estaciones de tren, procurando comida, alojamiento, servicios de interpretación y transporte gratuito para cruzar Europa.
El voluntariado era mucho más visible y activo que las autoridades gubernamentales en todos los lugares visitados por Amnistía Internacional, incluidos los puntos de recepción en las inmediaciones de Medika –principal paso fronterizo utilizado por quienes huyen de Ucrania– y Korczowa (centro de recepción Hala Kijowska), así como en los centros de acogida y las estaciones de tren de Przemysl y Varsovia.
Aun así, depender de la labor del voluntariado no es sostenible a largo plazo y el Gobierno central debe actuar «con rapidez» para ofrecer inscripción adecuada en registro, alojamiento a más largo plazo, apoyo psicosocial, transporte y otra asistencia.
RIESGOS
Por ejemplo, según AI, la falta de intervención del Estado deja a las personas que huyen de Ucrania expuestas a la violencia y la trata de seres humanos. La ONG visitó varios centros de acogida temporal y, según ha indicado, estaban organizados para facilitar transporte adicional sin demora, y a menudo se basaban en particulares que ofrecían transporte o alojamiento.
«El voluntariado está haciendo un gran esfuerzo para registrar las nuevas llegadas. Pero en ausencia de procedimientos formales para su inscripción y seguimiento, los hombres, mujeres, niños y niñas que han huido de Ucrania –sobre todo si no hablan polaco o inglés– corren el riesgo de sufrir abusos a manos de bandas delictivas que intentan sacar provecho de la caótica situación», ha lamentado.
La delegación de Amnistía Internacional observó de primera mano cómo la gente llegaba a Polonia y buscaba inmediatamente la ayuda de cualquiera que pudiera prestársela. «Preocupan especialmente los informes que llegan sobre violencia de género contra mujeres, niños y niñas», ha señalado AI, que ha mencionado, por ejemplo, informaciones apuntan a que la policía de Breslavia detuvo a un hombre polaco de 49 años que al parecer había abusado sexualmente de una mujer huida de Ucrania a la que había ofrecido alojamiento en su piso.
Asimismo, organizaciones de Derechos Humanos polacas han afirmado que están recibiendo informes de más casos de violencia sexual, que se mantienen confidenciales, y han expresado la preocupación de que las personas que huyen de Ucrania, entre las que hay menores no acompañados, puedan convertirse en víctimas de trata.
«Están entrando niños y niñas en Polonia procedentes de Ucrania, pero las autoridades no registran los nombres de las personas que acogen a muchos de ellos», ha contado la presidenta de la ONG La Strada, Irena Dawid-Olczyk. «En algunos casos, estos menores son enviados por sus progenitores a vivir con familiares en Polonia», ha continuado, mencionando el caso de una niña de once años que viajaba con su tío, pero fue detenido en la frontera y tuvo que continuar viajando sola.
Karolina Wierzbinska, del movimiento Homo Faber, comunicó a la Policía que una mujer estaba acercándose a las mujeres y menores que llegaban a la estación de tren de Lublin para ofrecerles dinero a cambio de su pasaporte. Personal de su organización también ha observado en Lublin a hombres que se acercan descaradamente a mujeres procedentes de Ucrania y les ofrecen transporte y alojamiento, según AI.
Por ello, Amnistía Internacional ha pedido que se adopte un sistema de registro institucional y normalizado del paradero, la composición familiar y el destino de quienes huyen, así como de la identidad de quienes les ofrecen transporte o alojamiento.