MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
PUBLICIDAD
El exministro socialista de Cultura de Portugal Manuel Maria Carrilho (1995-2000) ha sido condenado este viernes a tres años y nueve meses de prisión por un delito de violencia machista cometido sobre su exmujer, Bárbara Guimaraes, a la que deberá pagar una indemnización de 40.000 euros.
Sin embargo, Carrilho podría no entrar en prisión si abona otros 6.000 euros en un plazo de 60 días a la Asociación Portuguesa de Apoyo a las Víctimas (APAV), según ha fijado el Tribunal de Apelación de Lisboa, revirtiendo así la absolución que logró en octubre de 2020.
La resolución remarca que «no hay justificación alguna para las acciones» del imputado, a quien se debe «exigir que adopte un comportamiento digno, ético y moral» debido a su notoriedad pública –exministro, embajador, profesor universitario, autor de varios libros–, cuenta el diario ‘Público’.
Los jueces han remarcado que Carrilho «sabía y quería ofender y molestar» a Guimaraes, quien fue «agredida a puñetazos, patadas, empujada, fotografiada cuando se encontraba desnuda en el baño y dirigió hacia ella de manera continuada expresiones que la minimizaban y dañaban, cuando estaba obligado para con ella con sus deberes de respeto y colaboración por el vínculo matrimonial que los unía».
Las agresiones continuaron una vez el matrimonio finalizó en 2013 tras doce años de relación, puesto que el exministro «mantuvo su postura de seguir dirigiéndole palabras que la desacreditaban, minimizaban y le atribuía faltas de carácter, como haber huido de la Policía, no cuidar de sus hijos, ser alcohólica, o de no estar educada».
La mayor parte de todos estos hechos se produjeron cuando ambos tramitaban su matrimonio. Carrilho incluso aludió episodios «que nadie necesitaba saber» del matrimonio anterior de la víctima a los medios de comunicación con el fin de «vengarse», sabiendo de su exposición pública.
Guimaraes fue víctima de «un verdadero asesinato de carácter» de ahí el pago de 40.000 euros que han fijado para ella. «Si pretendemos indemnizar de alguna manera a quien fue tan violentada públicamente, junto al maltrato sufrido en la intimidad del hogar, habiendo padecido daños, miedos y angustias (…) tenemos que fijar un valor mínimo», ha declarado.