MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
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El 16 de marzo de 1926, hace ahora 96 años, el físico Robert Hutchings Goddard logró completar con éxito el lanzamiento de un cohete de combustible líquido.
Era un modelo construido por él mismo, gracias al cual se le ha reconocido como el padre de la propulsión moderna de cohetes y un gran inventor.
Según explica la NASA, el proyecto de lanzamiento de este cohete, en Auburn (Massachusetts), no provocó una gran impresión en el Gobierno de Estados Unidos. De hecho, el científico tuvo que poner en marcha esta iniciativa –que inició en 1914) a través de subsidios modestos de la Institución Smithsonian y de la Fundación Daniel Guggenheim.
El logro de Goddard ha contribuido a que los vuelos espaciales hayan llegado a lo que son ahora. El físico exploró la viabilidad de utilizar la propulsión de cohetes para llegar a grandes alturas, probó si un cohete funcionaba en el vacío, desarrolló el combustible líquido, envió una misión de carga útil científica y desarrolló aparatos de control giroscópico para los vuelos de cohetes.
Sin embargo, no recibió ningún reconocimiento en vida, sino numerosas críticas debido a sus teorías. Además, el fin de sus inventos, que buscaban llegar a la atmósfera terrestre o, incluso, la Luna, sonaban en aquella época a proyectos fantasiosos y poco reales.
Así, no fue hasta después de su muerte, en 1953 a causa de un cáncer, que no le fueron reconocidas un total de 214 patentes. Seis años después de su fallecimiento, la NASA puso su nombre a un centro de vuelo espacial situado en Meryland, mismo año en el que el Congreso de Estados Unidos le concedió su medalla de oro.