MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
PUBLICIDAD
Michael González, alto representante de The Heritage Foundation, el ‘think tank’ conservador más influyente de Estados Unidos, defiende una educación de corte tradicional que no esté impregnada de ideología de género ni racial.
«En Estados Unidos se ha prohibido hablar de sexo a los niños de tercer grado (8 años); la izquierda se quejó, pero no se ha caído el cielo, los padres no se quejan», ha asegurado este martes en un encuentro organizado por el CEU.
González se refiere a la polémica ley aprobada recientemente en Florida que prohíbe a los docentes hablar sobre sexualidad e identidad de género en los colegios, una norma que ha sido bautizada como ‘Don’t say Gay’ (‘No digas Gay’).
Según explica, en Estados Unidos se está librando una «batalla de ideas» entre conservadores y la izquierda a costa de la Teoría Crítica de la Raza, que apoya la existencia de un racismo institucional. Esta teoría es rechazada por el sector más conservador norteamericano, preocupado por la enseñanza de esta teoría en los centros educativos, un tema que ha desatado una guerra cultural en el país.
González, que se define a sí mismo como «conservador de hace muchas décadas» no es partidario, por tanto, de legislar con perspectiva racial, porque la discriminación racial es un asunto que «ya pasó» y porque no está de acuerdo con las tesis que señalan a los norteamericanos blancos como racistas por el hecho de ser blancos. «Decirle a un niño blanco que nace racista es un abuso», considera, oponiéndose así a dicha teoría.
En su visita a España, asegura que ambas situaciones «no son completamente análogas». «Yo vengo a hablar de Estados Unidos», ha remarcado, para insistir en que no conoce la realidad educativa de España ni pretende dar «consejos». «En España no hay razas, pero sí sexos», dice, no obstante, en referencia a la perspectiva de género que está tomando la política legislativa en España, incluida la educación.
PUBLICIDAD
Aunque en Estados Unidos esta «batalla de ideas» está más centrada en la perspectiva racial, González también habla de la perspectiva ideológica que está predominando el discurso educativo en su país. «Una maestra que enseñaba español pasó de enseñar a conjugar verbos a hablar de oprimidos y opresores en la España de los años 30 y los padres dijeron basta», ilustra, para añadir que esta ‘rebelión’ social fue iniciada, en su mayoría, por las madres.
Además, recuerda que a raíz del desmantelamiento del nuevo presidente, Joe Biden, de las órdenes ejecutivas puestas en marcha por el anterior mandatario, Donald Trump, «los Estados están tomando la delantera».
En cualquier caso, el sistema educativo estadounidense dista en varios aspectos del español. Allí, la educación es competencia de cada uno de los Estados federados, pero dentro de cada Estado, existen los denominados distritos escolares (que agrupan a un número determinado de colegios por zona), gobernados por juntas escolares (school boards), que son las que realmente supervisan la acción educativa, entre otras cosas, el presupuesto y los planes de estudio de las escuelas pertenecientes a su distrito escolar.
Según destaca el CEU, González es «experto en la lucha que los padres de familia norteamericanos están librando en su país por la libertad de educar a sus hijos, los cuales han obtenido una brillante victoria en las recientes elecciones a Gobernador en el Estado de Virginia», que fueron en noviembre del año pasado.
Aunque la tendencia del voto en los últimos años en dicho Estado ha sido a favor de los demócratas, en esta ocasión Virginia se ha decantado por el candidato republicano en un momento en el que el apoyo al presidente estadounidense, Joe Biden, no está en su apogeo, a la par que el propio Youngkin ha sabido convencer a su electorado centrando su campaña en propuestas para la educación y la economía.
«No hay tiempo que perder. Nuestros niños no pueden esperar (…) Vamos a restaurar la excelencia en nuestras escuelas», aseveró Youngkin, garantizando así que se «abrazará» las decisiones de los padres en las escuelas –un mensaje contra su rival, el demócrata Terry McAuliffe, quien sugirió que las familias no deben decir a las escuelas qué enseñar–.