En una reunión extraordinaria del Consejo Atlántico a nivel de titulares de Defensa, los aliados discutirán la evolución de los acontecimientos en Ucrania, país al que la OTAN ha asistido con armamento letal, pero evitando medidas como la aplicación de una zona de exclusión o el envío de aeronaves, por el riesgo de que desencadene una guerra total en Europa.
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Después de la reunión presencial de ministros de Exteriores aliados del pasado 4 de marzo, ahora serán los ministros de Defensa los que pasen revista a los planes militares de la OTAN que ya ha desplegado las primeras 500 tropas en el marco de las Fuerzas de Respuesta Rápida, con el que la Alianza Atlántica está reforzando su presencia en el flanco oriental en respuesta a la ofensiva rusa.
Por el momento, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha defendido la respuesta aliada con la movilización de efectivos, buques y aeronaves en el flanco este pero ha insistido en que la organización militar no es parte del conflicto en Ucrania y que el objetivo debe ser garantizar que no se traslada a otras partes de Europa.
El político noruego entiende que el objetivo debe ser «acabar con el conflicto y no expandirlo», después de que colee el debate sobre si algunos miembros de la OTAN, como Polonia, podrían enviar cazas de combate para reforzar las fuerzas aéreas ucranianas. A este efecto, Estados Unidos ha asegurado que trabajaría para proveer de aeronaves nuevas a Varsovia, si este país donaba parte de los suyas a Kiev.