MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
PUBLICIDAD
Al menos un centenar de detenidos en una de las principales cárceles de la capital sudanesa, Jartum, por su participación en las manifestaciones contra los militares del país llevan desde el pasado lunes en huelga de hambre para protestar por los maltratos que aseguran haber recibido, por la prohibición a sus familiares para efectuar visitas y por la falta de información sobre los cargos a los que se enfrentan.
Se trata concretamente de un grupo de reclusos de la prisión de Soba (en el este de Jartum) que han iniciado una huelga de hambre desde el lunes, y «que llevan semanas recluidos sin cargos o investigaciones, y privados de todos sus derechos legítimos», informa el activista Nafisa al Nur Hayar a la cadena panárabe Al Yazira.
«El comité de defensa de los detenidos responsabiliza plenamente a las autoridades por las consecuencias en el estado de salud de los detenidos como consecuencia de su huelga de hambre, sobre todo porque padecen enfermedades crónicas», lamenta.
Entre los detenidos en huelga de hambre se encuentran miembros del Comité de Remoción de Empoderamiento, que se ocupaba de desmantelar las fachadas políticas y económicas del régimen del dictador Omar al Bashir, derrocado en 2019.
Una asociación de profesionales sanitarios sudaneses, el Comité Unificado de Médicos, ha responsabilizado a las autoridades por cualquier daño que afecte a los presos por negligencia médica o como consecuencia de la huelga de hambre.
Las protestas se han sucedido en el país desde el golpe de Estado del 25 de octubre, liderado por el jefe del Ejército y presidente del Consejo Soberano de Transición, Abdelfatá al Burhan. La asonada disolvió el Gobierno de Abdalá Hamdok, nombrado a raíz del derrocamiento de Al Bashir en abril de 2019 tras semanas de protestas contra él.
Las presiones internacionales derivaron en un acuerdo para que Hamdok volviera al cargo, si bien parte del Ejecutivo y los principales socios civiles en la coalición rechazó este pacto y al primer ministro por mantener negociaciones con los golpistas a pesar de la represión de las protestas contra la asonada, que han dejado al menos 81 muertos en el país africano. Finalmente, Hamdok volvió a abandonar el cargo a principios de enero en protesta por la represión.