Son historias dignas de contarse. Este tipo de anécdotas nos hacen confiar en que los sueños se cumplen y sólo se tienen que luchar con mucho empeño por ellos.
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La protagonista de este plausible hecho es Magali Giménez Bogarin, quien, seguramente, los inspirará a trabajar con fuerza para llegar a sus metas.
La joven que trabajo como albañil para pagar su universidad
Ella trabajó como ayudante de albañil, junto a su padre, para solventar la carrera en Derecho. Así, realizando mezclas, ensuciándose la ropa y construyendo paredes y pisos, cumplió el sueño de ser abogada.
La joven de San Estanislao, Paraguay, compartió su historia de vida a través de las redes sociales y, rápidamente, se convirtió en un ejemplo de superación y perseverancia en lo que se anhela con el corazón.
La paraguaya de 24 años de edad contó que ahora mira con orgullo el título universitario que alcanzó, el cual se encuentra expuesto en su humilde hogar. Lo cierto es que detrás de ese documento hay una inspiradora historia de sacrificio y perseverancia.
“Hoy sólo tengo gratitud con mi familia y con todas esas personas que se convirtieron en ángeles en mi vida para que hoy pueda ser oficialmente una abogada”, dijo Magali Giménez.
Busca darle un mejor futuro a su familia
La chica contó que, como muchos jóvenes humildes, soñó con prepararse a fondo, para brindar un futuro mejor a su familia, por lo que decidió estudiar la Licenciatura en Derecho en la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Ahora se encuentra un paso más cerca de conseguir esa inspiradora meta.
“Muchos no saben esta parte de la historia; hace seis años esto parecía algo inalcanzable. Mucha gente, incluso, llegó a decirme que no iba a concretarlo. A pesar de eso y como muchos jóvenes, decidí no rendirme y ser perseverante”. dijo.
Fue ayudante de su papá
También recordó que cuando iniciaba en la universidad, no tenían la solvencia para pagar la primera cuota de la matricula; fue entonces cuando optó por trabajar como albañil para pagar sus estudios.
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“Aún viene a mi memoria, el día en que tenía que pagar la primera cuota y no sabíamos como íbamos a lograrlo”, indicó.
Entonces, su padre empezó a buscar más obras con la intención de ayudar a su hija, dejó de contratar ayudantes para que la joven estudiante y sus hermanos cubrieran esa función y alcanzar el recurso necesario de la cuota.
Ahora, Magali Giménez disfruta la cosecha que sembró. Se convirtió en Licenciada en Derecho y juró ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
Una vez más, quedó demostrado que los sueños se cumplen, con trabajo y esfuerzo.