El cambio climático está aumentando la gravedad y la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, lo que se suma a los retos a los que se enfrenta la agricultura, que incluyen el deterioro de la salud del suelo, la competencia por el uso de la tierra, la insuficiencia de agua dulce, la necesidad de productos agrícolas para usos no alimentarios, como el bioetanol, así como el aumento de la población y el consumo per cápita. Al mismo tiempo, se pide a la agricultura que reduzca el uso de fertilizantes y otros productos agroquímicos que contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero.
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Según David Baulcombe, profesor del Departamento de Ciencias Vegetales de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), hay dos enfoques generales para abordar el problema:
“El primero es la producción intensiva en la menor superficie posible (siempre que los métodos utilizados sean sostenibles), de modo que se puedan salvar otras zonas para mantener la biodiversidad. La otra alternativa es el reparto de tierras, es decir, la agricultura extensiva en la que la superficie cultivada se utiliza también para apoyar la biodiversidad”, explicó a Metro. “El reparto de tierras probablemente funcionará mejor en muchas regiones, especialmente si podemos utilizar nuevas tecnologías para desarrollar prácticas sostenibles en zonas de cultivo intensivo”.
La mejora de las plantas también tendrá que desempeñar un papel, mediante el desarrollo de cultivos que sean más resistentes a una amplia gama de entornos, incluidos los fenómenos meteorológicos extremos, al tiempo que requieren menos insumos. Por ejemplo, menos agua, fertilizantes, fungicidas, insecticidas, etc. Y ahí es donde entra en juego la edición de genes.
“Permite a los fitomejoradores realizar mejoras genéticas que no son posibles por otros métodos o que llevarían mucho tiempo por otros métodos. La edición del genoma puede permitir que se realicen cambios específicos en las plantas de cultivo, de forma más rápida y específica que con otros métodos de mejora vegetal. Esto es especialmente importante dada la rapidez con la que cambia el medio ambiente y la rapidez con la que tenemos que responder al cambio climático”, explicó Nigel Halford, científico de cultivos de Rothamsted Research y autor de “Genetically Modified Crops”.
Y añadió: “Eso no quiere decir que vaya a sustituir todo lo demás, ni mucho menos; pero es otra poderosa herramienta que se suma a las que tienen a su disposición los fitomejoradores”.
Los expertos creen que, combinada con otras tecnologías, la edición de genes también ayudará a la intensificación sustentable.
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“Creo que el uso más frecuente será ayudar a convertir especies poco utilizadas en cultivos útiles. Este desarrollo contribuirá a la diversificación de los cultivos, lo que es bueno para el medio ambiente y los ingresos de los agricultores”, concluyó Baulcombe.
Pros y contras de la edición genética
Nigel Halford, científico de cultivos de Rothamsted Research y autor de “Cultivos modificados genéticamente”, lo explica:
Pros:
“La edición del genoma puede permitir que se realicen cambios específicos en las especies de cultivo, de una forma más rápida y específica que la mejora vegetal “tradicional”. Además, aunque algunos de los métodos incluyen un paso de MG (modificación genética. - Ed.), los transgenes no son necesarios una vez que se ha realizado la edición y pueden segregarse mediante simples métodos de cultivo de plantas, por lo que el producto final no contiene transgenes y diríamos que no es MG”. La evidencia hasta ahora es que, como resultado, los consumidores encuentran la edición de genes más aceptable que los transgénicos. Además, es una técnica relativamente fácil de utilizar y en muchas partes del mundo se enfrenta a un régimen normativo más sencillo que el de los cultivos transgénicos”.
Contras:
“Todavía es una tecnología nueva y en desarrollo, por lo que su aplicación a algunas especies de cultivos aún no es rutinaria. Y por el momento, aunque en muchas partes del mundo se están estableciendo normativas para fomentar el desarrollo de la tecnología y su aplicación comercial, no es así en la UE, por ejemplo, donde las plantas editadas genéticamente se regulan como si fueran transgénicas. Esto está obstaculizando el desarrollo de la tecnología y desalentando la inversión”.
Modificación genética frente a edición del genoma
- Para crear cultivos y animales modificados genéticamente, los científicos suelen extraer el gen deseado de un organismo e introducirlo al azar en otro.
- La edición del genoma es un pequeño ajuste controlado del ADN existente de un organismo vivo.
“Soy escéptico en cuanto a que los alimentos editados genéticamente para reducir el riesgo de enfermedades, incluido el cáncer, supongan un buen uso de la tecnología. Sería muy difícil validar el beneficio sin llevar a cabo ensayos controlados a gran escala y costosos, como ocurre con los nuevos medicamentos”.
— David Baulcombe, profesor del Departamento de Ciencias Vegetales de la Universidad de Cambridge (Reino Unido).
Entrevista
Nigel Halford,
científico de cultivos de Rothamsted Research y autor de “Cultivos modificados genéticamente”
P: ¿Cuáles son los retos de la edición genética de alimentos?
- La falta de claridad en la normativa y su adaptación a esta nueva tecnología es el principal obstáculo para el desarrollo de la edición de genes y la transferencia de la tecnología del laboratorio al cultivo comercial de plantas. También hay dudas sobre cómo se etiquetarán y se hará el seguimiento de los cultivos y alimentos editados genéticamente.
P: ¿Podría ser peligrosa la edición de genes?
- No existe ninguna base científica para considerar la edición genética como más o menos arriesgada que otros métodos de cultivo de plantas. En la mayoría de los casos, las ediciones que se introducen no se distinguen de los tipos de mutaciones que se producen de forma natural: el poder de la técnica es la capacidad de dirigir esas mutaciones a genes específicos.
P: La edición de alimentos también podría abrir la puerta a la edición genética de animales. ¿Qué se puede esperar?
- No es nuestra especialidad, pero la edición de genes ya se utiliza en animales, sobre todo en los cerdos. La edición de genes en el ganado podría conducir a una mayor resistencia a las enfermedades y a la salud de los animales, así como a rasgos como el aumento de la productividad animal.