A nivel mundial, producimos unos 300 millones de toneladas de residuos plásticos al año, casi el mismo peso que toda la población humana. Y se calcula que 8 millones de toneladas acaban en nuestros océanos. La contaminación por plásticos causa importantes daños a la vida marina, los ecosistemas, las industrias y la salud humana. Y cada vez hay más conciencia pública sobre el tema.
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Un ejemplo de ello es Skye Neville, una niña de 10 años de un pueblo costero de Gales que se indignó con los juguetes de plástico baratos que venían adjuntos a las revistas favoritas de la admiradora Greta Thunberg. Su reciente campaña contra los juguetes de usar y tirar ha recibido el apoyo de políticos y activistas medioambientales, e incluso ha provocado la adopción de medidas.
«La tendencia de las campañas contra el plástico está aumentando en todo el mundo a medida que la ciencia nos informa de los efectos ecológicos, el impacto social y la preocupación por la salud humana en torno a los micro y nanoplásticos. Hay pruebas abrumadoras de que los plásticos de un solo uso causan daños, por lo que muchos gobiernos y organizaciones sin ánimo de lucro están aumentando su actividad para prohibir todo tipo de estos productos y envases», explicó a Metro Marcus Eriksen, director de investigación del Instituto 5 Gyres, una organización sin ánimo de lucro dedicada a la ciencia y la defensa del medio ambiente.
Según los expertos, estas campañas podrían disminuir la cantidad de plástico que se fabrica, utiliza y desecha al influir en la toma de decisiones del público e impulsar la demanda de productos alternativos.
«Mediante un cambio de comportamiento, podemos reducir los artículos de plástico que se convierten en basura. Esto incluye la eliminación adecuada de la basura, como el reciclaje, la reutilización y el depósito de la basura en el contenedor para evitar que acabe en el medio ambiente», declaró la Dra. Britta Denise Hardesty, investigadora principal de Océanos y Atmósfera, CSIRO, la Agencia Nacional de Ciencia de Australia.
Marcus Eriksen, sin embargo, cree que la gente sigue utilizando productos desechables precisamente porque el «mito del reciclaje» sigue siendo muy poderoso:
«Muchos consumidores creen que el reciclaje funciona, pero la realidad es que, a nivel mundial, las tasas de reciclaje de plástico son inferiores al 10%», afirmó. «Claro, cosas como las botellas de PET pueden tener un alto porcentaje de reciclaje, pero en general el reciclaje ha sido un fracaso. Esto ocurre por dos razones. Las empresas que promueven el reciclaje también luchan contra cualquier política que les obligue a utilizar plástico reciclado, así que como el plástico virgen es siempre más barato que el reciclado, el reciclaje fracasa. Además, las empresas que fabrican productos de plástico no están obligadas a diseñar sus productos o envases para que sean fáciles de reciclar. Como los márgenes de beneficio son tan escasos para los plásticos reciclados, la mano de obra añadida para procesar los productos mal diseñados los hace económicamente irreciclables».
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Sin embargo, los juguetes de plástico tienen un ciclo de vida más largo que el plástico de un solo uso, por lo que esta cuestión suele descuidarse, incluso por quienes pueden aplicar alternativas sostenibles.
«Aunque pueden tener una ventaja económica, todavía hay muchas opciones asequibles. Puede que no sean tan llamativas como los nuevos juguetes que sus hijos ven en los anuncios de televisión o en las grandes tiendas, pero existen alternativas más sostenibles y libres de plástico que son relativamente accesibles», comentó Dune Ives, directora general de Lonely Whale.
Y concluyó: «Los juguetes de plástico no sólo son perjudiciales para el medio ambiente, sino que también suelen ser tóxicos para nosotros, nuestros hijos y nuestras mascotas, por lo que es evidente que tiene que haber una solución mejor. Tenemos la esperanza de que el futuro de los juguetes esté libre de plástico, ya que seguimos viendo nuevas innovaciones de productos que reducen el uso de plástico perjudicial para la salud humana y el mundo en que vivimos.»
80%
de todos los juguetes de plástico acaban en un vertedero, en incineradoras o en el océano.
«La madera y el papel son ciertamente opciones viables. También hay juguetes fabricados con PHA, un plástico verdaderamente biodegradable… Aunque estas alternativas tienen sus propios costes y desventajas, son mucho menos dañinas que el plástico»<br>Marcus Eriksen<br>director de investigación del Instituto 5 Gyres, una organización sin ánimo de lucro dedicada a la ciencia y la defensa del medio ambiente.
ENTREVISTA
Dune Ives
directora general de Lonely Whale
P: ¿Por qué seguimos utilizando juguetes de plástico desechables?
- En pocas palabras, el plástico es barato, flexible y fácil de producir. Y así es como se ha hecho durante años y años. ¿Conoces el dicho «si no está roto, no lo arregles»? Eso es exactamente lo contrario de lo que deberíamos pensar aquí. El sistema está roto y necesita urgentemente un arreglo.
P: ¿Cuál es la magnitud del problema?
- Encontrar alternativas al plástico es un factor crítico para afrontar el cambio climático. Lo que es importante recordar es que la resina de plástico virgen procede de la industria petrolera y petroquímica, lo que no hará sino agravar la crisis climática.
Los residuos de plástico tampoco se limitan a los juguetes. Un nuevo informe encargado por Pew Charitable Trust predice que la cantidad de residuos plásticos que se vierten en el océano se cuadruplicará en 2040, y los datos que informan de esta predicción son anteriores a COVID-19. La producción de EPI de un solo uso ha aumentado drásticamente durante la pandemia.
P: ¿Cree que los juguetes de plástico acabarán prohibiéndose?
- Los juguetes de plástico dominan actualmente la industria del juguete, y aunque se han dado algunos pasos para erradicar el plástico, como la noticia de que McDonald’s abandonó el plástico en los juguetes de la Cajita Feliz el año pasado, todavía queda mucho camino por recorrer.
P: ¿Qué podemos esperar en el futuro?
- Aunque será un camino duro, el futuro es brillante y Lonely Whale es optimista y está dispuesta a superar los límites de las tendencias actuales en tecnología, medios de comunicación y defensa para influir positivamente en la salud de nuestro océano. Incluso para las personas que no viven cerca del océano, o que nunca han metido los pies en él, Lonely Whale trata de acercarles el océano. Les ayudamos a darse cuenta de que el océano está conectado con cada parte de su vida: el aire que respiramos, el agua que bebemos, las vías fluviales locales que visitamos, la comida en nuestras mesas.
Ninguno de nosotros está solo cuando se siente abrumado por el futuro de nuestro planeta, y lo mejor que podemos hacer para cambiar las cosas es empezar hoy mismo. El cambio comienza con la acción individual, y todos podemos marcar la diferencia buscando alternativas a los juguetes de plástico y a otros plásticos desechables como las bolsas de plástico, las pajitas y las botellas de agua, y animando a los demás a hacer lo mismo.
COLUMNA
«Los juguetes de plástico probablemente durarán más que los nietos de nuestros nietos»
John Duncan
Responsable de la iniciativa No Plastics in Nature en WWF
«La contaminación por plásticos es sólo una parte del problema urgente al que se enfrenta nuestro planeta junto con el cambio climático y la pérdida de naturaleza. El mundo necesita un cambio sistémico en la forma en que producimos, usamos y desechamos el plástico y otros productos para reducir el uso evitable del plástico y lograr una economía circular para el resto. Desde el año 2000 hemos producido tanto plástico como en los 50 años anteriores juntos y el 75% de todo el plástico es ya un residuo, y casi la mitad de todo el plástico se utiliza para crear productos de usar y tirar, como los juguetes de plástico desechables que tienen una vida útil de menos de tres años.
Al igual que muchos otros artículos de plástico de un solo uso, los juguetes de plástico desechables son baratos de fabricar y los consumidores suelen comprarlos sin pensar mucho en si los necesitan o sin tener en cuenta lo que pasará con ellos una vez que la novedad se haya agotado o el juguete se haya roto. Sin embargo, es importante reconocer que, incluso después de ser desechados, estos productos de plástico siguen dañando el medio ambiente y, debido a la naturaleza no biodegradable del plástico, es probable que sobrevivan a los nietos de nuestros nietos.
Mientras que tanto los gobiernos como los consumidores tienen una gran parte de responsabilidad en términos de regulación y comportamientos individuales, respectivamente, las empresas también deben ser responsables de lo que introducen en el mercado, ya que están tomando las decisiones de diseño. Las empresas responsables tienen que asegurarse de que la atención se centra en la reducción del plástico innecesario, la búsqueda de materiales alternativos sostenibles cuando sea posible, el aumento de la durabilidad de los productos para que puedan ser reutilizados y, en última instancia, reciclados al final de su vida útil.
Nuestro sistema actual de producción, uso y eliminación del plástico está roto y no responsabiliza a los gobiernos ni a las empresas. Ahora es un momento crucial para que las empresas y los líderes mundiales piensen en cómo adoptar nuevos enfoques para garantizar que su respuesta a la actual crisis sanitaria y económica sea ecológica y contribuya directamente a recuperar mejor y lograr sociedades sostenibles. Sin un cambio sistémico urgente y una mayor responsabilidad, el sistema actual seguirá viendo inevitablemente cómo se filtran a la naturaleza millones de toneladas de residuos plásticos cada año.»
