Lo que más destaca a María Aristidou es la forma en cómo construye sus prendas: todo es tejido, incluso las líneas de beachwear que tiene para hombres y para mujeres desde 2015. También, las piezas que ha mostrado desde hace cuatro años en la Semana de Alta Costura de París, al igual que las piezas de lujo que han sido su sello característico, están revestidas de una elegante comodidad, versatilidad y la ejecución perfecta y concepto. María Aristidou: el valor de lo único en medio de una moda en transformación
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Metro habló con ella, desde su boutique en Chipre, sobre cómo es ser un creador en un negocio lleno de imágenes y saturación visual, sobre su trabajo y cómo ha destacado en medio de la voracidad efímera de las tendencias.
María Aristidou: el valor de lo único en medio de una moda en transformación
¿Por qué estás especializada en el tejido?
–Cuando hice mi primera bufanda no podía creer que podía cortar los patrones con los colores que quería para hacer, básicamente, mis propias telas. Fue grandioso para mí , actualmente puedo controlar cómo son producidas. Todo lo que hago es enteramente mío. No compro las telas: las creo para mi línea ready to wear y la de Couture. Es increíble, pero a la vez muy desafiante, por que cada vez que tengo que hacer algo compro retazos, y comienzo desde ahí. Luego, diseño el patrón de la tela, luego pasa a donde el diseñador gráfico y luego va a la máquina de tejer.
Luego hacemos pruebas: de calidad, de grosor, en qué temporada se ajustaría mejor. Los patrones de círculos son mi sello de marca y es lo que me identifica. Estas piezas, como varias de ellas, son reversibles. Tejer es increíble, pero en París, cuando los periodistas iba a mis desfiles de la Semana de Alta Costura, se sorprendían de que el material de las colecciones fuera este.
¿Por qué varias de tus piezas son reversibles?
–Porque creo en la sostenibilidad: soy una persona que no compra las piezas para lucirlas una sola vez. Además, estamos en una crisis mundial y la gente se preocupa por el dinero. Igualmente, no uso fur verdadero, sino falso, en mis colecciones.
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¿Cómo es crear un vestido couture, en tu caso?
–Hacemos todo a mano: bordado y telas. Hay mucho trabajo en ello. De hecho, para hacer una colección para la Semana de Alta Costura en París, necesito al menos de cinco a seis meses. Esto, para hacer hasta 25 piezas. Toma mucho tiempo, porque hay que hacer las telas y los bordados y se requieren de muchas pruebas, si la tela se ajusta, qué tipo de bordado vamos a pone, etc.r. La mayoría de veces, en los bordados que uso, las piedras que pongo son cristales y piedras semi preciosas. No uso piedras de plástico.
Es mucho trabajo. Si tengo una presentación en enero, comienzo en septiembre. Tengo que desarrollar la tela, diseñar la colección…los bordados, luego, hay que desarrollar los patrones. Para un vestido de novia con bordado, necesito al menos de dos a tres meses. Podríamos tomar menos, pero siempre tomamos dos meses antes. Y el bordado, a su vez, toma hasta 100 horas. También pliso las piezas, en caso de ser necesario.
¿Cómo llegó tu trabajo a la Semana de Alta Costura?
–No, una cosa es Semi-Costura, y otra Alta Costura (los creadores que entran en esta categoría deben cumplir con ciertas horas, piezas, trabajadores y otros requisitos que pone la Cámara Sindical de Alta Costura en París, mientras que los creadores de Demi-Couture no tienen reglas qué seguir ni una organización para unirse, por ejemplo).
Igual, es difícil entrar a una Semana de Moda de Alta Costura. Para estar allí debía tener un agente y mostrar una colección que permitiera mostrar si podía estar ahí. Luego de varias reuniones, los agentes me representan. Lo que me puso ahí fue el hecho de que todo lo hiciera a mano, sobre todo mis telas. Y cuando comencé a hacer parte de la Semana de Alta Costura fue un gran desafío, porque estaba al lado de Armani y Dior. También hay una organización sin ánimo de lucro llamada The Impression, que evaluó mi pasarela. La primera vez, me dieron 6,7 puntos, que no está tan mal. Ahora mi rating es de 8,4, al paso de los años. Y al lado de gente como Jean Paul Gaultier, por ejemplo, esto se vuelve un desafío, y quieres ser cada vez mejor.
Amo crear mis propias colecciones, pero es un egocio duro y caro. Para mí lo es, justo ahora. Quiero llevar mi trabajo a las tiendas y en la Semana de Alta Costura me fue muy bien, pero por la pandemia, las órdenes fueron canceladas. Tuve que comenzar de nuevo y pues, hay gastos. Por eso es que ahora hago una colección más accesible y pronto abriré mi tienda y puedo vender online. Es una gran lucha y es difícil, pero pero tratas de ser positivo y hacer lo mejor.
¿En qué radica el éxito de tus best-sellers?
–La gente quiere ser más casual, cómoda en su ropa. Pero yo hago esto incluso en los vestidos Demi- Couture: mi estrategia es diseñar algo que sea capaz de ser confortable y que te lo puedas poner otra vez. Puedo diseñar, sí, piezas complicadas, pero quiero que la mujer que luzca mis piezas las pueda usar en su vida diaria. No quiero que las personas luchen al usar mis piezas, por eso deben ser también versátiles.
¿Cómo crear una marca y hacerla sobrevivir en un mercado donde se compite con el high fashion de frente?
–Es muy duro y es un desafío, pero hago algo especial: tejidos. Y el material no solo es para invierno, sino para todo el año. La gente olvida que en décadas anteriores se usaba mucho este material y que es cómodo. Y a su vez, que se puede usar en cualquier clima. Ahor, no puedo competir contra las casas grandes que tienen un músculo financiero detrás, pero le muestro al mundo que hago algo muy especial, de gran calidad, atemporal. Poco a poco construyo mi imperio y creo en lo que hago.
Sí, hay muchas dificultades, pero siempre salgo adelante. Lo veo en el hecho no solo de hacer buenas piezas, sino de que las personas también saben quién soy y algunas ya saben de qué se trata. Eso me sorprende y se siente bien. No puedo competir con Gucci, pero trato de mostrar mi trabajo, que es especial y absolutamente único.