Para Ernesto Samper, ex presidente de Colombia, el Grupo de Puebla es un conjunto de personas «que hemos encontrado un espacio de conciencia alrededor de unos temas que, de alguna forma, se identifican con una agenda progresista en la región».
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Latinoamérica es una región en la que los países han caminado en distintas direcciones, ¿en dónde nos encontramos y hacia dónde camina?
– Esta precisamente es una coyuntura que podemos calificar de un cruce típico de caminos. Por un lado está un camino hacia atrás que hemos recorrido y lo hemos hecho bien, se ha restablecido la democracia, hemos encontrado avances en la reducción de la pobreza, la región -de alguna manera- está creciendo con alguna dificultad. Y por otra parte tenemos un futuro bastante incierto, en parte por las propias circunstancias económicas, no sabemos qué va a pasar en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, hay dificultades relacionadas con la disminución de la demanda de China y el decaimiento y crecimiento de la Comunidad Europea. Hay nubarrones en el firmament. Pero por otra parte estamos registrando la situación social, casi volcánica, como resultado al juicio de un fenómeno que es nuevo en la región que es la proletización de la clase media
– Tras la visita de Fernández a López Obrador ¿ve probable un importante un eje Buenos Aires-Ciudad de México como freno a políticas conservadoras de Bolsonaro, Piñera y Trump?
Por supuesto. No porque crea necesaria una alianza formal entre México y Argentina como países, sino porque considero que la agenda que en este momento está desarrollando tanto López Obrador como la que piensa desarrollar Alberto Fernández en Argentina, tienen unas coincidencias fundamentales. Ponen mucho énfasis en el tema social, la independencia respecto a cierto tipo de condicionamientos internacionales que han aceptado gobiernos de derecha, en fin. Creo que de alguna manera recrea la posibilidad de que haya una integración regional que está descartada desde hace dos años.
– En este sentido se ha creado el Grupo de Puebla, un foro progresista que está por reunirse en Buenos Aires por segunda vez ¿cuál es la finalidad de estas reuniones?
Realmente el grupo de Puebla es un escenario que hemos encontrado un grupo de personas, de carácter individual. Aquí no hay presencia institucional ni orgánica. Somos simplemente un grupo de personas que hemos encontrado un espacio de conciencia alrededor de unos temas que, de alguna forma, se identifican con una agenda progresista en la región. Por ejemplo, las políticas sociales, reforzar la idea de que el crecimiento debe de ser un tema que nazca de la integración dentro de la región, construcción de ciudadanía, defensa del medio ambiente. Son coincidencias alrededor de temas que se podrían considerar progresistas porque de alguna manera consiguen una afortunada síntesis de lo que es el progreso económico y lo que la distribución social.
– ¿Cuál será el eje de debate en Buenos Aires?
Lo primero que vamos a hacer es tomarle el pulso a la situación de los países en la región. Ver lo que está pasando en Chile, lo que pasó en Ecuador, por qué persiguen a los opositores, cuál es la lectura de las elecciones que hubo en Colonia (Uruguay) que fue una sorpresa a nivel regional, las fuerzas de cambio en las regiones, para dónde va el tema de Bolivia. La región está agitada, convulsionada y la idea es tomarle los signos vitales a la región.
– Desde su punto de vista ¿quién debe liderar la Celac?
Parte de los temas que estarán en la agenda en Buenos Aires es la propuesta de convergencia para que comencemos a trabajar un acercamiento entre los distintos mecanismos de integración subregional que existen, con la finalidad de que haya una Celac fortalecida que permita reunirnos a todos bajo una misma sombrilla. En este momento, ninguno de los organismos que existen está reuniendo a todos los países de América Latina, con excepción de la Celac.
– Esto ante el vacío dejado por Brasil
Por supuesto. Brasil era un actor muy poderoso en la región, con mucha influencia estaba consolidándose en América. Tenía una apertura hacia al sur, hacia los BRICS, como clase media en la globalización. Por supuesto que la llegada de Bolsonaro detuvo este proceso virtuoso de liderazgo que venía ejerciendo Brasil y estamos -en ese sentido- preparándonos para que haya otros actores que puedan cumplir ese papel, que bien podría ser Argentina o México, más hacia el norte de la región.
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– El progresismo ¿qué es para usted?
Es una actitud frente a la realidad que nace del deseo y de la voluntad de interpretarla y de transformarla. Creo que, eso aplicado a los temas sociales y al desarrollo social, y al pensamiento, se ha inspirado en temas como la libertad y solidaridad social; son sentimientos positivos que han movido al mundo y lo siguen moviendo después de muchísimos años.
– Porque no todos los gobiernos de izquierdas en Latinoamérica son progresistas
Sin duda hay una relación entre lo que se llama la izquierda ideológica y el progresismo como una forma de entender y transformar el mundo, pero no necesariamente va lo uno con lo otro. Hay factores que pueden contar, y gobiernos que aunque sean de izquierda, no son progresistas.
– ¿Qué sucede con Bolivia y Venezuela? ¿Tendrán cabida en el eje y en el Grupo de Puebla?
El grupo de Puebla está conformado por personas naturales, no por personas jurídicas. En cuanto se trata a los gobiernos, organizaciones no gubernamentales y partidos políticos, ellos tienen sus capillas; es decir, los lugares donde se pueden reunir, como las cumbres presidenciales, alianzas estratégicas o los mismos partidos que tienen fundaciones. No es que no vayan a ir al grupo, pero no se trata de tener gobiernos, partidos u organizaciones, sino, personas que compartan la idea de que sí es posible que el mundo cambie, soñar algo distinto y ponerlo en ejecución.
Finalmente, ¿cuál es el papel de Colombia en el Grupo de Puebla?
Bueno, Colombia como tal no está representada en la reuniones. Estamos algunos colombianos, chilenos. Es una reunión de personas identificadas alrededor de una salida progresista en América Latina.