Ariadne Agamez, MWN
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Fotos: Diego González
Hace 17 años, Manuel Bermúdez y Alejandro Rodríguez, se convirtieron en la primera pareja gay en Colombia que lograba formalizar su relación, que después de muchos esfuerzos fue ratificada ante un notario en Bogotá. Pero cuatro años después de estar conviviendo como una pareja casada, apareció un tercero en esta relación. Al coro de la Universidad de Antioquia llegó Alex Esnéider Zabala, quién primero se enamoró de Alejandro y luego de Manuel, formando una relación que les afectó en todo sentido, hasta que finalmente lograron acomodarse.
De trío a “trieja”
Una psicóloga les hizo tres preguntas con las que cambiarían el concepto de trio que estaban manejando y fue entonces cuando nacería la ‘trieja’. “Nos dijo: ¿viven juntos? Sí, ¿conviven? Sí, ¿aportan? Sí. Entonces ustedes no son un trío, ustedes son una trieja. Y ahí nos tocó empezar a acuñar muy bien el término porque no era un asunto que conociéramos”, comentó Alejandro.
La trieja implicó el nacimiento de tres parejas, Alejandro con Manuel, Alejandro con Alex y Manuel con Alex. Tres parejas que compartían todo de una manera equitativa, bajo su propias normas, donde el poder y los roles desaparecían.
De tres a cuatro
Esta primera ‘trieja’ duró 10 años, sin embargo, un año y medio antes de terminar, apareció Víctor, el que hoy hace parte de la trieja que sí fue legalizada ante un notario el pasado 3 de junio de 2017 en la ciudad de Medellín.
Eso quiere decir que en el transcurso de ese año y medio fue una relación de cuatro e, incluso, contemplaron la idea de casarse.
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Sobre cómo manejaban el tema sexual Manuel explicó que entre los cuatro funcionaba de igual forma. “Hay que entender que una familia poliamorosa implica que somos varias relaciones, cada pareja tiene unas particularidades, claro, tenemos sexo grupal, no siempre, a veces. Hay sexo por parejas dependiendo de las circunstancias, si yo estoy cansado o si el otro está cansado. Tenemos vidas muy agitadas, entonces no siempre hay ese compromiso, dormimos en la misma cama, pero tenemos afinidades que tienen que ver con nuestras particularidades y eso es lo que nos ha mantenido ese equilibrio de poliamor”.
Un año y medio lograron convivir y habían planeado en cómo sería la boda. Pero, la vida les tenía otros planes. Alex fue diagnosticado con cáncer y en cuestión de tres meses murió. Con la muerte de Alex también se enfrentaron a un problema legal, durante mucho tiempo debieron luchar por la pensión de él, demostrando que no eran amigos y que realmente eran pareja. “Tanto el fondo de pensiones como la mamá de él trataron de quedarse con la pensión argumentando que éramos amigos. ¿10 años de amigos?, ¡por Dios, dormíamos juntos!”, dijo Manuel.
Esa, tal vez, fue la experiencia que desencadenó en la importancia de tener un documento público que los protegiera. Así fue como nació la escritura pública 2075, en el que se expresa que es la Constitución de Régimen Patrimonial Especial de Trieja, con la que nace una sociedad de hecho. Es el documento para blindar su relación poliamorosa.
Q&A
¿Qué los lleva a pensar que pueden compartir todo?
Manuel: Porque el poder y los roles se pierden aquí en la casa.
¿Cómo hacen para no tener celos?
Alejandro: Para nosotros está muy claro que somos una relación en la que somos tres parejas y esas tres parejas generan complemento, entonces el asunto de los celos está superado hace mucho tiempo.
¿Qué pasó en sus trabajos, con la familia y con el entorno cuando se convierten en trieja?
Manuel: una sorpresa increíble, nos imaginábamos otra cosa, pero el circulo de protección es muy lindo, tanto en los parientes como en lo laboral y en los espacios de cada uno, en la vecindad e incluso en la redes. Nosotros no ocultamos nada, entonces para ellos la sorpresa es lo mediático, pero nos conocían como familia poliamorosa abierta.
Víctor: Siempre han sido muy respetuosos, todos han sido muy cercanos y nos han apoyado. Nunca hemos pedido aceptación de nadie, pero siempre hemos tenido ese respeto y acompañamiento de todos. Mi mamá siempre ha estado ahí.
Alejandro: En nuestro caso particular, los tres somos educadores y eso influye. No es simplemente decir las cosas, sino que se debe acompañar al otro en ese proceso de entender, yo insisto en una frase: No me acepte, pero respéteme.