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Antros de Los Ángeles se olvidan de variante delta del coronavirus y del uso de mascarilla

Aunque el fin de semana regresó la ciudad a la restricción del uso de mascarilla en los interiores, en la vida nocturna las cosas son diferentes.

Antros de Los Ángeles se olvidan del coronavirus

En Los Ángeles se viven dos realidades.

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Una ocurre durante el día, donde la ciudad tuvo que regresar a las restricciones del uso de la mascarilla de manera obligatoria, y otra en la noche, un momento en el que en la fiesta, discotecas y antros dejan de lado la pandemia del coronavirus y el incremento de contagios por la variante delta.

El dicho reza: “Cada cabeza es un mundo”, por lo que la situación se torna complicada.

Y es que la primera ciudad de Estados Unidos que optó por volver a la utilización de los cubrebocas, lo hizo sólo algunas semanas después de levantar las restricciones.

Se olvidan de mascarillas en los antros de Los Ángeles

Además, algunas personas sostienen que no dejarán de divertirse, sobre todo, cuando ya se han vacunado contra el COVID-19. “Que se queden en casa los que no quieren inmunizarse”, “No vamos a pagar por unos pocos” y “Si estamos vacunados podemos divertirnos”, son algunas de las palabras que pronuncian los jóvenes en las filas para entrar a los antros de Los Ángeles.

En el interior de las discotecas, la variante delta y los aumentos de positivos se quedan de lado, están olvidados.

Algunos cortejan, otros sacan sus mejores pasos y unos más se besan. En el bar Revolver, uno de los más conocidos de la ciudad, los clientes fueron advertidos en la fila que sin mascarilla no iban a tener accedo.

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De hecho, algunos como David tuvieron que correr lo más rápido posible a un supermercado para comprar una y no perderse un minuto de diversión.

Sólo pocos usan los cubrebocas

En el interior de las discotecas de West Hollywood, un distrito de moda en la metrópoli californiana, las reglas son muy diferentes. Incluso, las personas que disfrutan del baile, los tragos y la música, y que portan las mascarillas se siente “fuera de lugar”, como lo reveló Ashley Gutiérrez, quien usaba una mascarilla quirúrgica.

En estos lugares nocturnos reina un razonamiento. Con las dosis ampliamente disponibles para todos, ¿por qué razón las personas vacunadas deberían sacrificar su diversión por las que no lo están? “Si se niegan a inmunizarse, ese ya no es mi problema”, dijo Stephen Bennet. “Si me obligan a ponerme la mascarilla, prefiero irme a casa”, indicó Antony Bawn, de 36 años.

Mientras tanto, Adrián Barrios, de 26 años, se ríe mientras sostiene que “en los bares, gran parte de la comunicación pasa por tu sonrisa”.

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