No cabe duda de que existen personas fuertes, quizá tocadas por Dios. Ellas pueden resistir casi cualquier embate y seguir de pie, disfrutando de la vida.
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Tal es el caso de una monda francesa, que cumplió 117 años, y es la segunda persona más anciana del mundo.
Se trata de la hermana André, que tiene como nombre de pila el de Lucille Randon, quien hizo una gran celebración por darle la vuelta al sol de nueva cuenta.
Sobrevive a dos guerras y al COVID-19
No era para menos, pues la gala ha sobrevivido a dos guerras mundiales y, más recientemente, a un ataque de coronavirus.
“Es un día para festejar, uno grande”, dijo David Tavella, gerente de comunicaciones de la residencia para ancianos en Toulon, al sur de Francia, a la agencia The Associated Press.
“Su estado es excelente. Fui a verla en la mañana; está realmente feliz, me pidió que le repitiera el plan del día”, dijo uno de los encargados del lugar donde vive la adulta mayor.
Como parte de los festejos, la hermana André realizó una video llamada con sus sobrinos, nietos y tataranietos, además de que le realizaron una misa en su honor oficiada por el obispo de Toulon.
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En la fiesta hubo champaña, pero lo que no podía faltar era su postre favorito: vino tinto.
El menú de la celebración incluyó una entrada de paté, pollo con hongos y omelet sorpresa.
“Todo esto regado con vino tinto, porque bebe vino tinto. Es uno de los secretos de su longevidad. Y una copita de champán con el postre, porque 117 años merecen un brindis”, aseguró Tavella.
En la lista de Gerontology Research Group, que certifica los detalles de las personas mayores de 110 años, es la segunda persona más anciana del mundo, después de la japonesa Kane Tanaka, de 118 años.
Sin embargo, hace unos días, el presidente Andrés Manuel López Obrador envió saludos a Manuel García Hernández, un veterano de la Revolución, que radica en Ciudad Juárez, Chihuahua, y cuenta con 124 años.