A menos de mes y medio para que dejen la Casa Blanca, Melania se encuentra más resignada que Donald Trump.
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El aún mandatario continúa con la estrategia de resistir a los resultados que lo dan como el perdedor de las elecciones del 3 de noviembre.
El empresario sigue con los argumentos de que existió un fraude electoral fraguado por los demócratas, y hace unos días dijo a sus personas más cercanas que irá hasta lo último con la intención de dar vuelta a los resultados. Es algo que cada vez se ve más lejano, pues las demandas y los segundos conteos le han dado la espalda.
También dejo entrever que, de no conseguir su objetivo, se presentará en las elecciones de 2024.
En este marco, Melania prepara las maletas en busca de la tranquilidad, alejada del ojo público que la ha acompañado, más de lo normal, en los últimos cuatro años.
Melania prepara la transición
“Ella sólo quiere irse a casa”, dijo una fuente cercana a la aún Primera Dama, que agregó que si Trump se presenta en las siguientes elecciones “podría no salir muy bien en su relación”.
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De hecho, la exmodelo de origen esloveno ya hizo investigaciones para ver si hay fondos de contribuyentes para las ex Primeras Damas. Sin embargo, se encontró con que sólo podrá contar con una pensión anual de 20 mil dólares, en caso de que su marido muera.
Además de concentrarse en un libro, que se ha vuelto en una tradición en las parejas de los mandatarios salientes, Melania también se ha enfocado en seleccionar la vajilla oficial de la administración, otra costumbre en la Casa Blanca.
Mar-a-Lago, su elección
La mujer de 50 años, a diferencia de su marido, ya piensa a dónde irá, tras su paso por la máxima residencia estadounidense. Mar-a-Lago es el destino que eligió.
De hecho, ya supervisa los envíos de artículos personales a ese lugar, provenientes de la Casa Blanca y del ático de la Torre Trump.
Es más, se ha centrado en realizar renovaciones menores en baños, aunque no puede ir más allá, ya que Mar-a-Lago es un Monumento histórico, que requiere el permiso del ayuntamiento de Palm Beach, en Florida.
Habrá cambios en la vida de Melania. Pasará de vivir en la mansión de la Casa Blanca de cinco mil metros cuadrados a una casa de 278 metros cuadrados.
Además, fuentes cercanas a la Primera Dama aseguran que planea reunir fondos para una oficina oficial, como lo hacen la mayoría de sus predecesoras, que le ayude a continuar con las iniciativas y objetivos planteados mientras Trump estuvo al frente de Estados Unidos.