Si aún estás en medio de la pandemia o ya saliste de lo peor de ella, es hora de dejar atrás la culpa por escapar en ella.
Luz Lancheros, MWN
Hemos crecido en una cultura de dieta que ha estado enquistada en la cultura occidental (y oriental, en los últimos años) por varias décadas. Esto ha provocado que tengamos imágenes restrictivas y hasta peligrosas sobre nuestro cuerpo, su relación con la comida y nuestra talla. Evalúa tu relación con la comida en un año difícil
Y en contraste con las dietas de moda y las imágenes que nos brindan las celebridades, se nos ha inculcado como responsabilidad moral el cuidar de nuestro cuerpo.
Esto, como ciudadanos ideales y como personas “que se quieren”.
Todo eso pudo irse al traste, para muchas personas, en un año tan traumático durante la pandemia. Muchos se juzgan por encontrar en el alcohol y en la comida, entre otros, un escape.
Evalúa tu relación con la comida en un año difícil
Pero las estadísticas hablan por sí solas: es más común de lo que crees.
De hecho, según las autoridades sanitarias, tan solo Estados Unidos, apenas comenzando la pandemia (junio) ya un 40% de personas luchaban con su salud mental y abuso de sustancias.
Y para agosto, la OMS revelaba que casi mil millones de personas lidiaban con algún tipo de enfermedad mental.
También con un descontrol del manejo de sus emociones por la crisis global.
Ahora bien, comer no es sinónimo de “estar en crisis”, pero sí se puede recurrir a esto como escape para manejar la ansiedad, angustia y el trauma.
Culpa enquistada
Como explica a Metro la coach de nutrición integrativa, Camila Serna (autora del libro “Yo debería ser flaca”), “tenemos una idea equivocada donde la comida se abstrae de la vida. «
«Pero no es el caso: la comida no es un concepto que se puede abstraer de lo que uno vive. Y en este momento, es natural: en el último año, la gente ha visto en la comida un apoyo.»
«No todos los procesos con esta se viven de igual forma, pero la pandemia ha sido bastante traumática y afecta nuestra relación con ella. Esto es natural.»
Nuestros cuerpos, biología, psicología, están respondiendo con mecanismos para sobrellevar algo que nos puede superar, que es doloroso, que representa muchas pérdidas”, afirma.
En el lado contrario, están quienes sí quisieron hacer una dieta, pero al salirse de ella, empiezan otra vez los juzgamientos y la culpa. “A lo largo de la pandemia, he visto que las personas toman la comida como un tema de control. Y se llenan de reglas, se exacerba el tema y hay una obsesión.»
«Y eso lleva a una ruptura, donde se vuelve rígida la relación con la comida. Lo que lleva a un montón de problemas. Para otras personas es salirse de control con la comida.»
Evalúa tu relación con la comida en un año difícil
» Allí9 se juzgan y culpan por comer las comidas que tenían imaginadas como prohibidas y no seguras. Y eso es algo adaptativo”, expresa.
“Yo creo que lo último que se necesita en ese estado, es enfocarnos en que la comida es mala o uno es malo. Hay que tener mucha compasión por lo que estamos viviendo.»
«También saber que ante la emocionalidad hay otras formas de abordaje y que, lo último que podemos sentir es culpa o vergüenza”, afirma la experta.
¿Cómo replantear la relación con la comida?
La experta afirma que aparte de la compasión por nosotros mismos, debemos mirar que la culpa es un estamento cultural.
“Nos han enseñado a restringirnos, juzgar el hambre. Y nada de eso funciona, a la larga. La biología se rebela ante la restricción.»
«Obvio, comerse un pastel no es lo mismo que una fruta, pero si entendemos mejor la comida, podremos tomar mejores decisiones con ella. No perfectamente.»
«Porque nadie come perfecto, pero si nos autorregulamos, nuestro cuerpo sabe confiar en nosotros y viceversa, porque este puede ayudarnos a navegar cualquier situación alimentaria”, expresa.
“No elegiremos perfectamente, pero sí tranquilamente”.
Serna recomienda que la gente busque asesoría profesional, pero con gente que tenga otros enfoques más allá de las restricciones.
“Buscamos en últimas un vínculo flexible que fomente la confianza con el cuerpo. Hay dietas obsoletas, y reglas obsoletas. «
«Si te dicen que hay comidas buenas y malas, eso te genera ansiedad. Y paradójicamente, te hace enfocarte más en esa comida y tener menos autorregulación”.
Así que por favor, no te castigues.
Replantea manejar tus emociones de la manera más convenietne para ti.
Y deja de juzgarte por comer lo “que no debías” cuando esto quizás pudo ser factor de otras situaciones en tu vida.
Consejos para lidiar con tus desajustes alimentarios luego de este año tan traumático
La nutricionista Kelly Urrutia, del Grupo Éxito , de la feria VIDA SANA que se realizó del 26 al 2 de mayo en Colombia, nos da algunas claves para comenzar a reevaluar tu relación con la comida.
• Cada proceso es individual: los alimentos deben ajustarse a tu cuerpo y tu no a ellos. Por lo que ten cuidado con las dietas.
• Si ya sigues una, acompáñala por un buen profesional para hacer seguimiento, sé responsable. Si es la dieta de moda o la que sigue alguien cercano, cuidado: puede hacerte daño.
• No te juzgues por las recaídas que puedas tener: alimentarte, y cambiar la forma de hacerlo es un proceso. Comemos desde las emociones.
• Para gestionarlas, complementa tu proceso con un profesional de la salud mental. Siempre tendemos a buscar cosas que nos den placer instantáneo y gratificación para lidiar con las emociones.
• Esto no es un proceso de “voluntad” ni “cambio”, ni de “malos hábitos”: toda transformación se da de manera gradual y según la persona.