Hubo una época en la que las parejas se cortejaban, se escribían notas y se citaban junto con las familias en un lugar público a conocerse, pero eso ha quedado en el pasado. La nueva forma de romance está en las apps de citas.
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En un principio, el lanzamiento de Tinder, en 2012, fue muy cuestionado, ya que a través de la aplicación se podían abrir los horizontes para conocer nuevas personas, y, si todo salía bien, comenzar una relación amorosa.
Pero como todo lo que sucede en internet se deforma, Tinder no fue la excepción, y comenzó a vivirse el acoso cibernético, mismo que fue demandado por Whitney Wolfe.
La queja se registró en 2014, alegando que su exjefe y expareja, Justin Mateen, la llamó “put*” y “cazafortunas”, además de llenarla de mensajes de texto amenazantes y despectivos, que fueron usados como evidencia.
Ese mismo año y gracias a ese problema, la empresaria decidió darle vida a la aplicación que rápidamente se convertiría en la competencia directa de Tinder.
Nacimiento de «Bumble»
La demanda dio paso al nacimiento de una aplicación que empoderar a las mujeres; no sólo las tendría como muñecas de estantería, sino que las colocaría como las que deciden las relaciones.
Con tan sólo 31 años, Whitney Wolfe fue colocada por Forbes dentro de “Las 100 mujeres más ricas hechas a sí mismas”.
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“Bumble” rápidamente se colocó como una de las empresas de citas referentes del feminismo y su fundadora en una de las chicas con más dinero del mundo.
La creación y lanzamiento de la plataforma fue el mismo año de la demanda a Tinder, en conjunto con el multimillonario ruso, Andrey Andreev.
Actualmente, la empresaria posee 11.6% de las acciones de “Bumble” y, con el debut en bolsa de la empresa, su fortuna se ha disparado hasta los mil 600 millones de dólares de su capital.
Antes de emprender con “Bumble”, Wolfe fue cofundadora de Tinder, por lo que sabía cuál era la fórmula perfecta para evitar el acoso que se empezaba a correr en la app líder de citas.
La fórmula perfecta de “Bumble”
A pesar de que ambas plataformas consisten en lo mismo: realizar vínculos virtuales con otras personas, la planeación fue completamente diferente.
A lo largo del tiempo que estuvo al frente de Tinder, Wolfe se había percatado que muchas de las mujeres inteligentes todavía esperaban a que los hombres les invitaran a salir, y fueran ellos los que comenzarán la conversación en una app de citas.
“A pesar de todos los avances que las mujeres habían conseguido en los lugares de las esferas del poder, la dinámica de género de las citas y el romance todavía parecía demasiado desactualizada”.
El éxito de la plataforma se basa completamente en eso, ya que en las conexiones heterosexuales sólo las chicas pueden comenzar a hablar.
Cabe destacar que dentro de la app, las mujeres tienen 24 horas para dar el primer paso; de no hacerlo el chat caduca y sólo es posible volver a hablar a esa persona si se paga una suscripción.
A través de una entrevista, el presidente de la compañía, Tariq Shaukat, explicó que a la creadores le gusta que las mujeres sean libres de escoger cómo empieza y termina una relación.
“Si comienza con respeto, seguirá habiendo respeto. Esto no es sólo para las mujeres, también es para los hombres que quieren estar en ese tipo de relación y sentir que eso es lo que importa”, explicó.
Actualmente, la aplicación es mucho más que una simple plataforma de citas, también tiene un espacio para encontrar nuevos amigos e, incluso, hacer networking.