Sin duda, Lucía Méndez es reconocida como una de las grandes actrices en la pantalla mexicana. Su talento en el canto también ha quedado demostrado con una exitosa carrera sobre los escenarios, aunque su pasión en las telenovelas le ha ganado un sitio en el mundo de la actuación.
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A diferencia de otras actrices encasilladas en los personajes inocentes o antagónicos, la mexicana ha demostrado su versatilidad con papeles diferentes con algo en común: carácter.
En Viviana, una telenovela de 1978, interpretó a una muchacha pobre oriunda de San Andrés, un pueblo costero, que se enamoró de un turista, Jorge Armando Moncada, un personaje interpretado por el galán Héctor Bonilla. Pero es finalmente con «Julio» (Juan Ferrara) con quien terminó la historia de amor.
La historia causó revuelo para aquella época, pues abordada temas como la prostitución y escenas sensuales que pusieron el dramático en el ojo del huracán. Para muchos, esta telenovela marcó un precedente en la carrera de Lucía Méndez.
Colorina es otro de los éxitos protagonizados por la actriz mexicana, junto con Enrique Álvarez Félix y famosos como José Alonso y María Teresa Rivas. En esta historia le da un vuelco a las historias tradicionales e interpreta a una prostituta que trabaja en un cabaret.
«Gustavo Adolfo Almazán» es el galán principal de la telenovela trasmitida en la década de los 80´s. La protagonista, convencida por la manipuladora «Ana María de Almazán», accede a tener un hijo para perpetuar la herencia de la adinerada familia, y aunque inicialmente se trataba de un negocio, ella se encariña con el niño, dando inicio a una historia de suspenso e intriga.
En 1982, dio un vuelco a su carrera actoral protagonizando Vanessa, una versión de la telenovela brasileña Ídolo de pano. En esta historia, donde vuelve a actuar junto con Héctor Bonilla, dio vida a una joven humilde quien debe trabajar en una fábrica textil para ayudar económicamente a su familia.
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«Vanessa Reyes» se enamora de «Pierre Saint Michelle» pero es un amor que rápidamente se convirtió en tormento. «Luciano Saint Michelle», primo de su enamorado, llegó entonces a su vida para ganarse su corazón y la ayuda a lo largo de todas las desgracias que le suceden a lo largo de la historia.
La telenovela marcó un precedente no solo en la carrera de Méndez, si no en los dramáticos transmitidos hasta entonces, pues era la primera vez que la protagonista sufrida y buena moría al final de la historia, algo inesperado para un público acostumbrado a los finales felices.
La polémica surgió luego de que la actriz alegó problemas de salud para abandonar la telenovela pero en realidad, el productor Valentín Pimstein aseguraba que la mexicana en realidad deseaba a su carrera musical, que se encontraba además en un buen momento. Es por eso, que decidieron que la protagonista fue asesinada a balazos en la famosa historia.
El extraño retorno de Diana Salazar es considerado uno de los clásicos de la televisión mexicana. Méndez actuaba junto con Jorge Martínez, junto con Alma Muriel, Alejandro Camacho y Carlos Cámara, e igualmente sorprendió al público con un final diferente.
La actriz interpretó a «Diana Salazar», una joven con extraños poderes psíquicos sobrenaturales, en quien reencarna «Leonor», una bruja de los años 1600 que es quemada junto a su esposo cuando sus poderes son descubiertos.
Jorge Martínez da vida a Mario Villarreal, quien se enamora de Diana, pero que resulta ser la reencarnación de «Don Eduardo Carbajal», quien tres siglos atrás murió en la hoguera junto con Leonor, su amor eterno. La historia despertó la curiosidad del público. Una década después se ha vuelto a transmitir en plataformas digitales como Blim TV.
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