El pasado 16 de diciembre de 2020, el famoso galán mexicano Mauricio Garcés hubiera cumplido 94 años de edad, y actualmente es recordado tanto por su gran carrera cinematográfica, como por la trágica y solitaria muerte que tuvo.
Al actor nació en Tampico en 1926, y protagonizó más de 50 películas, tales como: “El día de la boda” (1967), “El criado malcriado” (1968), “Modisto de señoras” (1969), “Click, fotógrafo de modelos” (1970) y “Todos los pecados del mundo” (1971), por mencionar algunas.
Pero su figura de galán y su gran atractivo físico hizo que le regalara a los espectadores grandes frases que hoy en día se han inmortalizado a 31 años de su fallecimiento, tales como: «¡Las traigo muertas!», «¡Arroz!» y «¡Debe ser horrible tenerme y después perderme!».
El actor mexicano tuvo la oportunidad de trabajar con guapas actrices de momento, de la talla de Silvia Pinal, Elsa Aguirre, Irma Lozano, Zulma Faiad e Irán Eory, por mencionar algunas.
Pero a pesar de que en un tiempo fue uno de los galas de la TV mexicana, el declive del actor fue bastante triste y solitario, y se retiró del cine deteriorado por su adicción al cigarro.
Mauricio Garcés falleció en su casa, ubicada en la Ciudad de México, el 27 de febrero de 1989 a los 62 años, tenía aproximadamente un año que se había retirado de la actuación, pues su última película fue “Mi fantasma y yo” (1988).
En 1985 fue operado de la garganta, algo por lo cual casi pierde la voz.
Se notificó que la causa de la muerte de Garcés fue por enfisema pulmonar, una enfermedad que, según el blog médico Medline, provoca tos frecuente, falta de aliento y un silbido al respirar.
En aquel tiempo, los medios de comunicación informaron que antes de su deceso, el icónico galán tenía muchos problemas para comunicarse, pues su garganta y pulmones estaban muy dañados.
A pesar de ser uno de los hombres más atractivos, el actor no tuvo hijos y tras su fallecimiento, los gastos funerarios fueron obtenidos por sus amigos, ya que se mencionó que no contaba con dinero ahorrado.
Y es que se decía que toda su fortuna se terminó en el vicio y apuestas, ya que era amante de las carreras de caballos, donde perdió gran parte de su dinero, acompañado de su adicción al tabaco.