Han pasado cuatro años desde la captura del criminal más buscado del mundo, Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como el «Chapo», y desde entonces su esposa la exreina de Belleza, Emma Coronel, había mantenido un perfil bastante bajo, hasta principios de este año.
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La cuenta oficial de Instagram de Emma responde al nombre de “therealemmacoronel”, la cual tiene la exclusiva “palomita azul”, que significa que su cuenta ha sido verificada.
El pasado 26 de enero, la modelo de 31 años inició su vida dentro de las redes sociales y subió su primera foto a Instagram, la cual alcanzó 26 mil 252 “likes”. En la imagen se ve a la esposa del famoso narcotraficante en algún lugar del mundo esquiando.
A pesar de ser una de las aplicaciones más usadas del mundo, Coronel sólo ha compartido cuatro fotografías desde ese entonces. No obstante, sus seguidores la apoyan y elogian su belleza en comentarios a cada una de sus publicaciones.
Su última fotografía fue el pasado 2 de julio, el día de su cumpleaños, por lo que compartió con sus seguidores un post donde aparece portando una corona metálica y una chamarra estilo biker con aplicaciones de plumas negras.
Dicha imagen rebasó los 54 mil “likes” y recibió más de mil 100 comentarios de felicitación, además de los correspondientes elogios a su belleza.
Sin embargo, la esposa y madre de las hijas del “Chapo” ha usado sus historias de Instagram para promocionar los artículos que diversas marcas le obsequian: desde productos de belleza cosmética, hasta calzado, ropa deportiva de diseño exclusivo e incluso comida.
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Emma Coronel conoció al líder del cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, en una fiesta en un rancho, cuando ella tenía tan sólo 17 años y acababa de ganar el concurso de Reina de Belleza de Sinaloa.
En ese entonces Guzmán tenía 51 años y ya era el amo de la mayor organización criminal del mundo, por lo que Emma enamoró al narcotraficante mientras ella bailaba en el rancho con su novio de ese entonces.
Minutos después, uno de los sicarios de Guzmán se le acercó y le dijo que “El Señor” quería bailar con ella y sin pensarlo la adolescente dijo: “Por supuesto”.