Los 5 hombres nominados para el Premio al Mejor Director de la Academia son todos dignos nominados.
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Sería cruel intentar e incluso sugerir que se omita a Alfonso Cuaron (“Roma”), Adam McKay (“Vice”), Spike Lee (“BlacKkKlansman”) Pawel Pawlikowski (“Cold War”) or Yorgos Lanthimos (“The Favourite”).
Pero, a estas alturas, en 2019, lo único más deprimente que el hecho de que solo 5 mujeres hayan sido nominadas para un Oscar a Mejor Director es el hecho de que Kathryn Bigelow (“The Hurt Locker”) es la única mujer que ha ganado el premio.
¿Qué directoras deberían ser nominadas al Oscar?
Se esperaba que la merecida nominación de Greta Gerwig para “Lady Bird” el año pasado hubiera iniciado una nueva tendencia de reconocimiento de las mujeres en esta categoría. Sobre todo porque muchas mujeres han hecho muchas películas formidables en los últimos 12 meses.
Vale, algunas de estas películas eran de géneros que la Academia ha ignorado durante décadas, incluso cuando las películas han sido dirigidas por hombres. Mientras que la Academia habría luchado especialmente para reconocer a Susan Johnson por “To All The Boys I’ve Loved Before”, Claire Scanlon por “Set It Up” y Anne Fletcher por “Dumplin” como si fueran películas de Netflix.
Pero la dirección histérica de Kay Cannon de “Blockers”, que podría haberse desinflado fácilmente si no hubiera conseguido obtener excelentes actuaciones del elenco ecléctico más antiguo y de la mitad más joven del conjunto, habría sido una elección digna, aunque ciertamente chocante.
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Al mismo tiempo, Mimi Leader de “On The Basis of Sex” y Josie Rourke de “Mary Queen Of Scots” se sentirán decepcionadas por el hecho de que sus biografías no hayan logrado generar el impulso necesario para una nominación, a pesar de que ambas películas, que giran en torno a Ruth Bader Ginsburg y Queen Elizabeth/Mary Queen Of Scots, respectivamente, parecían forraje para los Oscar.
Usted puede entender por qué la Academia ignoró todo lo anterior. Pero hay tres directoras que deberían sentirse realmente molestos por haber sido pasados por alto por los Oscar.
La dirección de “Private Life” de Tamara Jenkins, que se estrenó en Netflix en octubre, ha sido ampliamente celebrada. No sólo por los espectadores, que se enamoraron de su historia de Paul Giamatti y la pareja de Kathryn Hahn luchando por adoptar, sino que merecidamente ganó las nominaciones de Jenkins en los premios Gotham, Satellite e Independent Spirit Awards.
Luego estaba el enfoque idiosincrásico e hipnótico de Lynne Ramsay hacia “You Were Never Really Here”. A pesar de que el thriller policiaco fue impulsado por una de las mejores actuaciones de la ilustre carrera de Joaquín Phoenix, la voz creativa dominante de la película es la de la directora escocesa. Una hazaña en la que han fracasado la mayoría de los directores masculinos que han trabajado con el actor.
Pero el descuido más atroz fue el de Marielle Heller por “Can You Ever Forgive Me”.
No es sólo que la película haya sido nominada a Mejor Actriz, Mejor Actor Secundario y Mejor Guión Adaptado. Es más, Heller fue la mujer que forjó las sorprendentes actuaciones de Melissa McCarthy y Richard E. Grant, las unió para crear una de las mejores parejas cinematográficas de la última década, y al mismo tiempo se aseguró de que el guión contara con el ingenio, el drama y la emotividad que la mayoría de los directores habrían cocinado en exceso.
Veremos quién termina ganando el premio al mejor director cuando la 91ª edición de los Premios de la Academia se celebre el 24 de febrero de 2019. Aunque es de esperar que la Academia esté mucho más abierta a posibles candidaturas femeninas cuando llegue la 92ª edición de los Oscars.