Sha’Carri Richardson, una de las mejores velocistas del equipo de Estados Unidos, se perderá los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, tras dar positivo a los exámenes de marihuana.
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Richardson fue la vencedora en la prueba de 100 metros en pista y campo durante el preolímpico en Oregón.
Sin embargo, cuando se le realizaron las pruebas de dopaje, su resultado fue anulado por lo arrojado en el test.
Sha’Carri Richardson se pierde Tokio 2020 por consumo de marihuana
La Agencia Antidopaje de Estados Unidos fue la que se encargó de difundir la noticia. Incluso, aseguraron que llegaron a un acuerdo con la atleta para ser suspendida por un mes.
Esto indicaría que podría participar en la última prueba de la justa veraniega, cuando se dispute la carrera 4×100, siempre y cuando sea seleccionada por el equipo.
Todo este dictamen movió la clasificación de las participantes en Tokio 2020, por lo que la delegación de Estados Unidos tuvo que hacer reajustes.
De hecho, Jenna Prandini, quien quedó en cuarta posición durante las pruebas de preolímpico, se subió de última hora al barco y participará en la competencia veraniega.
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Las reglas son claras. El cannabis es una sustancia que mejora el rendimiento; además, es considerada una planta que supone un riesgo para la salud de los atletas que la consumen.
En un principio, Sha’Carri iba a ser suspendida tres meses, pero aceptó su participación en un programa de asesoramiento para sustancias prohibidas.
Incluso, una sanción de esta índole podría ser penalizada con dos años, si se demuestra que utilizó la marihuana para fines de mejor desempeño físico.
Este acontecimiento se da una semana antes de que el Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos tenga que enviar la lista de nombres de los deportistas que participarán en Tokio 2020.
La velocista pidió perdón por el positivo a cannabis
Richardson era una de las mujeres que apuntaba a ser figura en la justa. De hecho, una medalla en su disciplina estaba presupuestada, dado los resultados de los últimos meses.
La atleta aceptó que fumó marihuana tras la muerte de su madre, un dolor que la orilló a refugiarse en las drogas.
“Sé lo que hice, sé lo que se supone que tenía que hacer y aun así tomé esa decisión. No voy a dar una excusa o buscar la empatía en mi caso. Sin embargo, estar en esta situación en la vida, descubrir algo como eso y gestionar la relación que tenía con mi madre, eso claramente era una gran carga para mí”.