El 16 de octubre de 2004, Leo Messi debutó en el fútbol profesional con el FC Barcelona, cuando Frank Rijkaard lo ingresó al campo en un duelo ante el Espanyol, en el Estadio Olímpico Lluís Companys.
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Desde aquel día han transcurrido casi 17 años, en los que astro argentino se ha convertido en una leyenda del balompié mundial.
Su paso con el conjunto blaugrana ha sido avasallador. De hecho, con el club catalán ha conseguido 35 títulos, entre los que destacan la UEFA Champions League, Liga de España y Mundial de Clubes.
En el plano individual, el argentino impuso récord al ganar el Balón de Oro seis veces, distinción que es otorgada al mejor futbolista del orbe año con año.
Salvador Aparicio, el primer técnico en la carrera de Leo Messi
Asimismo, se hizo acreedor al FIFA The Best en 2019; en total, ha sido nombrado el jugador más valioso en siete ocasiones.
Sin embargo, pocos saben el origen futbolístico del “Messías”, quien desde los cuatro años estuvo involucrado de manera directa en el deporte.
Aunque hay muchas historias que rodean los primeros pasos de Leo en el fútbol, lo cierto es que la primera persona que confió en él fue su abuela materna, Celia Oliveira.
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Cuando el argentino era niño, la señora lo llevó a jugar con el club Grandoli, un equipo de la región donde nació Messi.
El director técnico del conjunto infantil era Salvador Aparicio, estratega que rechazó al pequeño Leo Messi en sus primeros pasos en el terreno de juego.
La abuela del sudamericano sugirió al estratega meterlo al campo, pues sabía de la capacidad deportiva de su nieto.
El timonel se negó al principio, pero al verlo unos minutos en el césped quedó fascinado y entendió que ahí había nacido la carrera de uno de los jugadores más importantes en la historia del fútbol.
“Dedico una gran parte de mis goles a mi abuela, que está en el cielo. Ella me llevó al fútbol y ella es la razón de mis logros. Yo tenía cuatro años, y mi abuela me llevó a un partido del equipo infantil de Grandoli.
Nació una leyenda
Salvador Aparicio utilizó a Leo como “bulto” en el primer partido que apareció. Sin embargo, con el paso de los minutos se fue dando cuenta del potencial de “La Pulga”.
Y es que, la categoría que necesitaba jugadores era la del año 86, niños que tenían dos años más que Messi.
Desde ese momento, el estratega del Grandoli no dejó fuera nunca más a Leo. Incluso, terminó por ser pieza fundamental para ganar algunos títulos.
Salvador falleció en 2008, pero siempre será recordado como el primer estratega en la carrera de Messi.
De hecho, cuando perdió la vida, el jugador del Barcelona lamentó su partida, y agradeció la oportunidad que le dio para arrancar su camino en el fútbol.
“Ella me insistió tanto con él, que un día no podía formar el equipo de la categoría 86 y acepté ponerlo. Lo puse abajo, de defensa. Vino una pelota, le pasó por la derecha y nada. Por ahí llegó otra y le cayó en la zurda. Salió gambeteando como si hubiera jugado toda la vida. No lo saqué nunca más.