Los genios, los grandes, los talentosos son aquellos que se atrevieron a ser diferentes. La lucha, que otrora cerró sus puertas a los diferentes, hoy se abre de par en par a cualquier género, ante una coyuntura social en la que todos tienen voz y voto sin ningún tapujo. Cassandro fue un héroe para todos ellos.
PUBLICIDAD
México, un país por excelencia machista, tiene entre uno de sus contrastes más extraños la implementación del género exótico en el pancracio.
Cassandro, el luchador exótico que cambió la historia de la lucha libre
Y si hay un nombre que hay que colocar con letras de oro en la historia de la corriente exótica es, sin duda, el de Cassandro, quien con casi 30 años de carrera, es una leyenda de los encordados.
“Yo, por mi condición de homosexual, siempre tuve que trabajar el doble o el triple que los demás. En un principio, se me sugirió luchar con máscara para perder el miedo al público, pero yo le dije a Rey Mysterio señor que no quería luchar con máscara. Nunca fue difícil para nosotros, para mí, para Pimpinela, para May Flowers, porque éramos auténticos, únicos, y hoy es mucho más fácil; en el gremio exótico ya tenemos hasta transgéneros, pero ellos deberían estar agradecidos por todo lo que nosotros labramos para que ellos tengan ahora esas oportunidades”.
La diversidad que representa este deporte en nuestro país incluye a este estilo, el cual generó un cambio trascendental a nivel social y, sobre todo, para la comunidad LGBTI.
Cassandro se convirtió en un ídolo, pero más en un referente que no tuvo miedo a demostrar su capacidad sobre la lona.
“Mi introducción a la lucha libre fue mucho por las películas y porque aquí en El Paso, Texas, se practicaba mucho los jueves y los domingos; entonces en mi adolescencia comencé a ir a los eventos a Ciudad Juárez. Apenas tuve contacto me enamoré de los atuendos, de las máscaras, de la estética de los luchadores, del valor de las mujeres; de hecho, una amiga fue la que primero entrenó, porque quería ser luchadora, y luego ella me llevó».
El esteta es un ejemplo a seguir para la comunidad LGBTI
El maquillaje, el peinado, la brillantina, las lentejuelas son un ritual que es parte del show, ya que a nivel técnico el originario de El Paso, Texas, es uno de los grandes maestros de los encordados.
Sin embargo, no todo ha sido miel sobre hojuelas, pues en un principio fue discriminado, pero siempre apeló a la autenticidad de su personalidad.
PUBLICIDAD
“En 1988, Pimpi y yo acordamos usar medias, trajes de baño, cosas exóticas. Nos tomamos el riesgo de enrolarnos en un deporte machista, y la gente nos aceptó bien. Se volvían locos con nosotros, les encantaba, era la terapia gratis para ellos, y se mantenían a la expectativa de nuestra indumentaria. La gente se dio cuenta que era exótico, pero no vulgar; me gustaba la lucha aérea, el llaveo y la gente me comenzó a pedir».
Representar a México y ser parte de una corriente que ha trascendido a través del mundo es un motivo de orgullo, que hoy tiene al gladiador en un lugar privilegiado, pues la leyenda que representa es algo que nunca será olvidado por los fanáticos de este deporte.
“México siempre ha tenido, tiene y tendrá a los mejores luchadores y a los mejores exóticos. Le dejé la vara muy alta a los exóticos, en sus maquillajes, sus vestimentas y, sobre todo, sus estilos de lucha, para que la eleven, pero para que me alcancen está cabrón, tanto en el ring, como abajo del ring”.
De emergencia al hospital
Hace algunos días, Cassandro tuvo que pasar de emergencia por el quirófano, luego de que se le detectó un coágulo en la cabeza.
El luchador se encuentra en recuperación, por lo que quedó fuera de peligro. Su manager informó la situación del gladiador en un comunicado que difundió en sus redes sociales.