Desde siempre el boxeo ha sido respetado y admirado en Tepito. Los oriundos del Barrio Bravo nacen con el gusto y la pasión por el pugilismo, y muchos ven en este deporte una forma de vida. Para ellos es una identidad.
PUBLICIDAD
En el mítico Deportivo Maracaná se han forjado grandes campeones y leyendas como César Bazán, Antonio “Pipino” Pérez, Erick “Finito” López y Osvaldo “Tin Tan” Fuentes. No por nada la estación de la línea B del metro tiene un guante de box como imagen principal.
“Es con lo que se nace, es la etiqueta de identidad de donde tú eres. Tepito es la cuna de los semilleros del box desde antaño hasta hoy en día”, dice con orgullo Mario Romero Parra, administrador del deportivo y oriundo del barrio.
Poco a poco los jóvenes se alejaron
Pero con el paso del tiempo los jóvenes se han alejado del deporte. Los vicios, las drogas y el comercio informal han marginado la atracción que alguna vez tuvo el ring del Maracaná.
Raúl Valdez, el primer campeón mexicano Peso Gallo del Consejo Mundial de Boxeo, es, desde hace tres décadas, el mánager y coach del mítico recinto y con el paso del tiempo ha visto como la pasión de un deporte histórico en Tepito se ha transformado.
“En el barrio siempre ha habido buenos boxeadores, desde el ‘Ratón’ Macías y José Medel, que jalaban a la gente, por lo que muchos jóvenes querían seguir sus pasos.
“Antes no había dinero, ni comercios, entonces todos querían ser boxeadores y ganar dinero, pero llegó un momento en que comenzaron a crecer las ventas, entonces los hijos les ayudaban a los papás y veían que ahí ganaban más dinero sin necesidad de ser golpeados”, dice el exboxeador que peleó combates titulares en Tailandia, Corea del Sur y Venezuela.
PUBLICIDAD

El boxeo como forma de alejar las adicciones
Por esa razón, Valdez ahora realiza una función que se podría llamar más humana que profesional, pues incentiva a los jóvenes a hacer deporte para alejarlos de los malos pasos. “Tratamos de salvar a las personas que han llegado a la droga, hacemos una labor social con todos los jóvenes, les damos consejos de que el vicio no es bueno, es mejor entrenar y los metemos en torneos”, dice.
Así fue como el hombre que combina los trabajos como entrenador de box y un negocio de zapatos para mujer en el mercado de las Granaditas, rescató al famoso “Tin Tan” Fuentes, pues “él no era de aquí, pero llegaba con los amigos a fumar marihuana y yo me le acerqué y le dije que era bueno para el deporte que mejor peleara como profesional; me hizo caso y lo llevamos a grandes peleas”.
De hecho, los precios por entrenar en el Maracaná son verdaderamente accesibles, pues se cobra una mensualidad cercana a los 100 pesos, de los cuales Valdez sólo recibe el 70 por ciento.

A recuperar la magia
Ahora el peleador más destacado del lugar es Crisnar Jair García Domínguez, un joven que con apenas 21 años, que carga, en sus guantes, hombros y espalda, la historia y glorias detrás del Barrio de Tepito.
“Crisnar, como nuestro boxeador más sobresaliente, tiene hambre y un gran corazón para desempeñar este deporte. Le pone entusiasmo; entrena hasta tres veces al día, es constante y disciplinado, sin malos hábitos”, lo describe Romero Parra.
Como amateur, Crisnar peleó 19 combates y sólo perdió las dos primeras, y como profesional llevaba camino perfecto en tres presentaciones, hasta que conoció la derrota en un encuentro que Valdez calificó como «robo».
“El lugar tiene magia, tiene algo especial. Te llevan poco a poco hasta que te sientes preparado y ya cuando estás listo te suben con rivales que te exigen y golpean para que subas de nivel”, dice Crisnar.
Tanto el administrador Parra, como el manager Valdez y el joven púgil coinciden en que falta difusión para que el mítico Maracaná vuelva a ser el gran semillero de boxeadores que algún día fue, pues en Tepito se nace con los guantes puestos.