Las Águilas del América arrancaron la época de la década de los años 90 de mala forma.
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Acostumbrados a ubicarse en los puestos más altos, arrastraron varias temporadas de mala racha, por tal motivo decidieron apostar por un estratega de alto calibre y contrataron al holandés Leo Beenhakker.
La era de Leo Beenhakker
Para sobre salir, el timonel tuvo que reforzar al plantel con jugadores de peso, por lo que se fijó en el nigeriano François Omam Biyik, y Kalusha Bwalya, originario de Zambia.
Además, apuntaló en su alineación a canteranos que venían sobresaliendo, como Luis Roberto Alves “Zague” y Raúl Rodrigo Lara.
En el ataque, un joven con cualidades magistrales comenzaba a dar sus primeros pasos, situación que Beenhakker no dejó pasar por alto y colocó a Cuauhtémoc Blanco en su 11 titular.
El debut de las “Águilas Negras” llegó el 4 de septiembre de 1994, con una victoria de visitantes ante el León.
El torneo fue espectacular para el equipo, cada ocho días el Estadio Azteca lucía repleto, el americanismo no quería perderse ningún partido de ese América.
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Los conceptos de Leo eran claros, atacar era más importante que defender; además, para el holandés no importaba sólo ganar, había que dar espectáculo.
Un equipo de ensueño
El marco azulcrema estaba bien respaldado por Adrián Chávez, que atajaba todos los balones que llegaban a su portería.
La parte baja del equipo lucía sólida, con Raúl “Potro” Gutiérrez y Luis “Halconcito” Peña de centrales, mientras que Guillermo Naranjo y Juan Hernández estaban en las laterales.
En el centro del campo, Lara era el hombre que daba solvencia, mientras que delante de él Joaquín Del Olmo y Kalusha eran los creativos, encargados de surtir balones en la ofensiva.
El tridente de arriba estaba conformado por Zague, Biyik y Blanco, quienes eran el terror de todas las defensas de la Liga MX.
El torneo pintó de gran manera para los de Coapa; incluso, en 31 partidos jugados, ganaron 18 ganados, empataron nueve y perdieron cuatro.
Amargo adiós
Antes de que la Liguilla empezara, la directiva azulcrema sorprendió con el cese de Beenhakker, quien se fue del equipo por no obedecer las instrucciones del presidente del equipo, Emilio Díez Barroso, quien tenía problemas contractuales con del Olmo; sin embargo, el timonel europeo hizo caso omiso y lo alineó.
En la Semifinales del torneo, las Águilas fueron eliminadas por Cruz Azul; el equipo no se levantó del golpe anímico que significó el adiós de su estratega.
Los aficionados se quedaron con las ganas de ver a esta generación levantar un título; sin embargo, el espectáculo que mostraron sobre el campo es el recuerdo mas preciado que la los seguidores americanistas no olvidan.
