La casa donde Donald Trump pasó sus primeros años de vida en Queens, Nueva York, ha cambiado de dueño por una cifra considerablemente menor a la que se pagó por ella hace ocho años. Recientemente, la propiedad ubicada en Jamaica Estates fue vendida por $835,000 dólares, una cifra que está muy por debajo de los $2.14 millones de dólares que el abogado Michael X. Tang pagó en 2017. La vivienda, que alguna vez estuvo disponible para alquiler a través de Airbnb, ha sido propiedad de una sola persona desde su compra en 2017.
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La venta de la casa, que tuvo lugar el 3 de marzo, fue adquirida por la LLC 1388 Group, con sede en Brooklyn. Este inmueble tiene un gran significado histórico, ya que fue el hogar donde Fred Trump, el padre de Donald Trump, construyó la propiedad desde cero, y fue en este lugar donde el futuro presidente de Estados Unidos vivió sus primeros cuatro años.
El precio de venta está muy por debajo de su valor anterior
Aunque la casa de infancia de Donald Trump tiene un valor sentimental significativo, su precio de venta actual es considerablemente inferior a lo que se pagó por ella en 2017. Según New York Post, el abogado Michael X. Tang compró la propiedad por $2.14 millones, pero en la venta reciente la cifra final fue de solo $835,000 dólares. Esto se debe, en gran parte, al estado de abandono en el que se encuentra el inmueble. La casa llegó incluso a ser invadida por gatos, lo que ha afectado su condición.
El nuevo propietario, quien se hizo cargo de la propiedad, tendrá que llevar a cabo importantes reformas para que la casa sea nuevamente habitable y conserve su valor. Según informes, se planea una renovación para restaurar el inmueble y posiblemente ponerlo nuevamente en el mercado a un precio mucho más alto.
La casa de Trump sufrió el paso del tiempo
El inmueble, que fue testigo de los primeros años de vida de Donald Trump, pasó a ser parte de la historia familiar. Sin embargo, el tiempo y la falta de mantenimiento han dejado huella en la propiedad. Un vecino de la zona le comentó a New York Post: “Una hermosa casa quedó abandonada y nadie la cuidó durante todo este tiempo. Nadie la ocupó, nadie la usó y quedó como un espantajo, y nosotros, la comunidad, tuvimos que cuidarla”. Estas palabras reflejan el deterioro que sufrió la casa a lo largo de los años, mientras permanecía desocupada.
El futuro de la propiedad parece estar en manos de su nuevo dueño, quien tiene planes de reformarla y, según los vecinos, podría ponerla nuevamente a la venta por un precio mucho mayor en el futuro.