Este 2025, Mar-a-Lago, una de las propiedades más famosas y controvertidas de Estados Unidos, celebra su centenario. Ubicada en Palm Beach, Florida, esta imponente mansión ha sido testigo de más de 100 años de historia, desde su construcción hasta convertirse en un símbolo de lujo, poder y política.
PUBLICIDAD
Construida entre 1924 y 1927 en el estilo arquitectónico español, Mar-a-Lago fue encargada por Marjorie Merriweather Post, heredera de una de las fortunas más grandes del país, y socialité de la alta sociedad estadounidense. Post concibió la mansión como un refugio invernal para los presidentes de Estados Unidos y dignatarios extranjeros, lo que refleja su visión de crear un lugar único y prestigioso. Con 126 habitaciones y una extensión de 10,000 metros cuadrados, la propiedad fue diseñada no solo como un hogar, sino como un centro de encuentro y diplomacia.
Tras la muerte de Marjorie Merriweather Post en 1973, Mar-a-Lago fue legada a la nación bajo la condición de que se usara como residencia presidencial. Sin embargo, los sucesivos presidentes optaron por no utilizarla, y en 1980 el gobierno devolvió la mansión a los bienes raíces de la familia Post.
El presidente Donald Trump ahora es propietario de la mansión
En 1985, el empresario Donald Trump adquirió Mar-a-Lago por 10 millones de dólares. Desde entonces, la mansión ha sido su residencia personal y, además, alberga el exclusivo Mar-a-Lago Club, un club privado con lujosas instalaciones, que incluye habitaciones de invitados, un spa y otros servicios de alto nivel. La familia Trump mantiene su vivienda privada en un área cerrada dentro del complejo, rodeada por exuberantes jardines y una arquitectura que sigue impresionando a quienes la visitan.
Más allá de su historia arquitectónica, la propiedad ha jugado un papel clave en la vida pública de Trump. Fue durante su mandato como presidente de los Estados Unidos (2017-2021) cuando la mansión alcanzó aún mayor notoriedad, al convertirse en un lugar frecuente de reuniones políticas, encuentros con líderes internacionales y eventos de alto perfil. La propiedad sigue siendo un símbolo del estilo de vida de la élite estadounidense y un centro de influencia.
Mar-a-Lago no solo representa un patrimonio arquitectónico y cultural, sino también un legado de poder y prestigio que sigue siendo una de las mansiones más reconocidas del mundo. Su centenario nos invita a reflexionar sobre su papel en la historia de Estados Unidos, tanto como un lugar de lujo y descanso, como un espacio de interacción política y diplomática.
