En busca de un nuevo comienzo, la familia Murphy se mudó a una antigua casa en Lancashire con la ilusión de transformarla en su hogar ideal. Durante las renovaciones, al retirar capas de papel tapiz de las paredes, se toparon con algo que nunca imaginaron: un mensaje escrito a lápiz, fechado en 1975, y que daba a entender sobre un viaje en el tiempo. Las palabras, aunque breves, eran intrigantes: “Yo estoy aquí, tú estás allí, separados solo por el tiempo”.
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El hallazgo despertó la curiosidad de la familia, especialmente de Karl, el padre, quien decidió compartir la historia en redes sociales con la esperanza de encontrar a quien escribió esas líneas.
Según reseñó La Vanguardia, la respuesta no tardó en llegar. Una persona reconoció el apellido mencionado en el mensaje y ayudó a localizar a Eileen Walsmley, una mujer de 66 años que había vivido en esa casa décadas atrás.
La protagonista del mensaje sobre el viaje en el tiempo
Al ser contactada, Eileen recordó el día en que escribió aquel mensaje. Era solo una adolescente soñadora, apasionada por los conceptos de tiempo y viajes temporales.
En un momento de inspiración, decidió plasmar sus pensamientos en la pared de su habitación, consciente de que eventualmente sería cubierto por el papel tapiz. Para ella, esas palabras eran un pequeño legado, una cápsula del tiempo destinada a quien algún día las encontrara.
Eileen compartió que había dejado la casa a los 18 años, cuando la vida la llevó por un camino diferente. Después de la muerte de sus padres, la casa quedó cargada de recuerdos, y venderla a los Murphy fue un momento agridulce: un adiós a su infancia, pero también una bienvenida a una nueva etapa para la vivienda.
Cuando Karl le mostró las renovaciones realizadas, Eileen se sintió conmovida al ver su antigua habitación transformada en un espacio lleno de vida. Para ella, el mensaje que escribió años atrás había cumplido su propósito al conectar dos generaciones de una manera inesperada.
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Esta historia nos recuerda que las casas no solo guardan paredes y muebles, sino también historias. Un simple mensaje puede trascender el tiempo, uniendo a personas desconocidas y dándole nuevo significado a lo que alguna vez fue un acto efímero.
Los Murphy y Eileen ahora comparten un vínculo único, tejido por palabras que cruzaron décadas.