El cáncer de colon es una de las principales causas de muerte en Estados Unidos. De allí, la importancia de estar atentos a sus síntomas para frenar a tiempo su avance.
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Este tipo de cáncer afecta afecta al intestino grueso o al recto. Durante los últimos años, han registrado una tendencia al alza, en particular entre personas menores de 50 años, lo que ha generado preocupación en el ámbito de la salud pública.
Este cáncer suele avanzar sin síntomas claros en sus primeras etapas, lo que retrasa su diagnóstico y tratamiento.
Sin embargo, cuando los síntomas aparecen, pueden incluir dolor abdominal persistente, sangre en las heces (a menudo de color rojo brillante), cambios en los hábitos intestinales, como diarrea o estreñimiento prolongados, y pérdida de peso inexplicable.
Otros síntomas del cáncer de colon incluyen una debilidad extrema, derivada de la anemia ocasionada por la pérdida crónica de sangre.
Estos signos deben ser motivo de consulta médica, ya que el diagnóstico temprano es crucial para el éxito del tratamiento.
Tratamiento del cáncer de colon
Las opciones de tratamiento para el cáncer de colon dependen del estadio en que se encuentra la enfermedad y de la salud general del paciente. Uno de los métodos más comunes es la cirugía, o colectomía, en la que se extirpa la sección afectada del colon, explicó Mejor con Salud.
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Después de la cirugía, se suele recurrir a la quimioterapia para eliminar cualquier célula cancerosa residual, utilizando medicamentos como el 5-FU, leucovorín y oxaliplatino.
La radioterapia es otra alternativa que se utiliza en casos de cáncer rectal, antes o después de la cirugía, para reducir el tamaño del tumor o atacar las células restantes.
En años recientes, se han introducido tratamientos avanzados, como la inmunoterapia y las terapias dirigidas, que ofrecen nuevas opciones, especialmente en pacientes con características tumorales específicas.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la detección temprana puede hacer una gran diferencia. Las recomendaciones sugieren que los adultos comiencen las pruebas de detección a los 45 años, especialmente aquellos con antecedentes familiares de cáncer colorrectal o factores de riesgo, como pólipos o enfermedad inflamatoria intestinal.
Para quienes no presentan factores de riesgo adicionales, una colonoscopia cada diez años suele ser suficiente, mientras que la prueba de sangre oculta en las heces puede realizarse anualmente. La detección temprana mejora las tasas de supervivencia y ofrece mejores perspectivas de recuperación.
Prevención del cáncer de colon
Aunque hay factores genéticos que pueden causar el cáncer de colon, también es cierto que una mala alimentación puede causarla. Por eso, es recomendable comer saludable con abundantes frutas y vegetales, sin grasas saturadas, evitar los excesos de harinas y azucares.
La actividad fisica tambien es importante, ya que ayuda al movimiento intestinal.
