El príncipe Harry se sumó a las voces de expertos que afirman que no es saludable que los niños usen teléfonos inteligentes sin control, ya que esto puede afectar su desarrollo, y por tanto, su futuro.
El también duque de Sussex habló sobre el tema en conversación con Jonathan Haidt, autor de The Anxious Generation y psicólogo social, esto con motivo del Día Mundial de la Salud Mental el 10 de octubre.
The Mirror reseñó que en un video compartido con Fortune Well, el príncipe Harry manifestó que “en muchos casos, el teléfono inteligente está robando la infancia de los niños”.
El príncipe, padre de Archie, de 5 años, y de Lilibeth, de 3, rechazó la dependencia de los infantes a los teléfonos inteligentes. Reconoció que éstos aparatos pueden ayudar en cuanto a la seguridad de los hijos para comunicarse con sus padres o tutores en momentos de emergencias, pero recalcó que no debe haber una dependencia emocional a los teléfonos.
El psicólogo Haidt respaldo los expuesto por el príncipe Harry e indicó que los nacidos de habla inglesa desde 1995 experimentaron mayores niveles de ansiedad, depresiones, autolesiones y pensamientos suicidas, que las generaciones anteriores. Todos los casos con los trastornos ya mencionados, están relacionados con el uso excesivo de smartphones.
Aunque el duque destacó que los móviles también pueden ayudar a los menores a estar en contacto con sus amigos y compañeros, Haidt acotó que “cuando los niños tienen un mejor amigo o especialmente un grupo pequeño de amigos, generalmente les va bien”, pero no tiene amigos cercanos o ninguno, sino 300 o más conexiones al mismo tiempo, no tienen “tiempo para nadie más”, es dañino.
¿El príncipe Harry tiene razón sobre los teléfonos para los niños?
A pesar de no ser un experto en materia psicológica, ni médica, el príncipe Harry tiene razón en cuanto a su visión sobre el uso de los teléfonos inteligentes para los niños.
Cuando los niños pasan demasiado tiempo frente a la pantalla de un móvil, esto les roba tiempo para compartir momentos de calidad en la vida diaria como jugar, correr, saltar, hablar, interactuar y divertirse con otros niños. Como dice el príncipe les está “robando la infancia”. Y es que hacer actividades diarias como jugar e interactuar con otros niños, les ayuda en su desarrollo físico, mental y emocional.
Un estudio de investigadores de la Universidad de Drexel, publicado en JAMA Pediatrics, dice que los niños menores de tres años a quienes se les permite pasar tiempo frente a una pantalla, “tienen más probabilidades de mostrar comportamientos sensoriales atípicos asociados con trastornos del desarrollo neurológico como el autismo y trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH)”.
No hay que permitir que los menores de tres años vean pantalla y si lo hacen, puede ser sólo para chat en video, ya que esto estimula su interacción. Solamente se les puede permitir de tres a cinco años, pero una hora al día.