La tasa de obesidad en Estados Unidos es alta y se mantiene estable: aproximadamente cuatro de cada 10 personas es obesa y una de cada 10 padece obesidad severa, según una nueva investigación del Gobierno federal. La tasa general no ha cambiado significativamente en la última década, pero la de obesidad severa sí está aumentando.
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La tasa general ronda el 40%, según una encuesta hecha entre 2021 y 2023 a unas 6,000 personas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés). Las mujeres tenían casi el doble de probabilidades de informar de obesidad severa.
Tasa general de obesidad
La tasa general pareció caer en comparación con el sondeo de 2017-2020, pero el cambio no se cree estadísticamente significativo, porque las cifras son lo bastante pequeñas como para que exista una probabilidad matemática de que no hayan bajado realmente.
Es aún demasiado pronto para saber si los nuevos fármacos para adelgazar, como Wegovy y Zepbound, pueden aliviar la epidemia de esta enfermedad crónica vinculada a docenas de problemas de salud, según Samuel Emmerich, el responsable de salud pública de los CDC al cargo de este estudio.
“No podemos ver hasta ese nivel detallado el uso de medicamentos y compararlo con los cambios en la prevalencia de la obesidad”, dijo, “espero que sea algo que podamos ver en el futuro”.
¿Qué revela el estudio?
Lo más revelador del estudio son los resultados que muestran que la tasa general de obesidad no ha cambiado significativamente en una década, incluso cuando la tasa de obesidad severa aumentó de casi el 8% en la encuesta de 2013-2014 a casi el 10% en la más reciente. Antes de eso, la obesidad había aumentado rápidamente en Estados Unidos desde la década de 1990, según mostraron las encuestas federales.
La obesidad y obesidad severa se determinan según el índice de masa corporal, un cálculo basado en altura y peso. Se considera que las personas con un IMC de 30 tienen obesidad; aquellas con un IMC de 40 o más tienen obesidad severa. El IMC se considera una herramienta imperfecta, pero los médicos lo siguen utilizando de forma generalizada para detectar la obesidad.
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“Ver aumentos en la obesidad severa es aún más alarmante porque ese es el nivel de obesidad que está más altamente asociado con algunos de los niveles más altos de enfermedad cardiovascular y diabetes y menor calidad de vida”, opina Solveig Cunningham, profesora de salud global de la Universidad Emory.
Otras tasas de obesidad
El nuevo estudio también encontró que las tasas de obesidad variaban según la educación. Casi el 32% de las personas con una licenciatura o un título superior informaron tener obesidad, en comparación con aproximadamente el 45% de las personas con algún título universitario o un diploma de secundaria o menos.
El reciente informe surge tras la publicación a principios de este mes de datos de los estados y territorios de EE. UU. que mostraban que, en 2023, la tasa de obesidad varió ampliamente según el lugar, desde un máximo de más del 41 % de los adultos en Virginia Occidental hasta un mínimo de menos del 24 % de los adultos en Washington, D.C. Las tasas fueron más altas en Medio Oeste y Sur.
Todos los estados y territorios de Estados Unidos registraron tasas de obesidad superiores al 20 %. En 23 estados, más de uno de cada tres adultos tenía obesidad, mostraron los datos. Antes de 2013, ningún estado tenía una tasa tan alta, dijo Alyson Goodman, quien dirige un equipo de los CDC centrado en la salud de la población.
La clave es prevenir la obesidad en primer lugar, empezando en la primera infancia, dijo Cunningham. Incluso cuando las personas desarrollan obesidad, la prevención del aumento de peso adicional debería ser el objetivo. “Es realmente difícil lograr que la obesidad se revierta a nivel individual y a nivel de población”, comentó, “supongo que no es sorprendente que no estemos viendo cambios a la baja en la prevalencia de la obesidad”.
