La eritrofobia se puede hacer presente en distintas situaciones por procesos de ansiedad, activándose el sistema nervioso simpático, mismo que es el encargado de preparar a los humanos para la acción, atacar o huir en contextos de peligro.
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Sonrojarse es una de las expresiones asociada con esta problemática, esto cuando se generan trastorno de ansiedad social cuando la persona tiene miedo de mostrar síntomas físicos que puedan ser evaluados negativamente por los demás. Otros factores que aumentan la probabilidad de sonrojarse son:
- Las experiencias del pasado en las que se sufrieron burlas.
- Baja autoestima.
- Poca tolerancia a los cambios en el cuerpo.
- Rasgos de personalidad perfeccionistas y ser demasiado exigente con uno mismo.
Tratamientos
Sin dudas, la terapia psicológica es la ideal para tratar cualquier tipo de fobia específica y la administración de fármacos solo estaría reservada a los casos más graves. Entre las técnicas más utilizadas para su correspondiente tratamiento, se destacan:
- Técnicas de exposición gradual: es el tratamiento con mayor evidencia para los trastornos de ansiedad, pero para que funcione se tiene que aplicar de forma gradual. En el caso de la eritrofobia, la exposición podía generarse de forma interoceptiva, parecido al tratamiento del trastorno de pánico.
- Relajación diafragmática: las técnicas basadas en la regulación de la respiración son herramientas empleadas por su eficacia y facilidad de aplicación. Su objetivo principal es reducir el nivel de activación interno de la persona, mediante el cambio en el patrón respiratorio.
- Visualización: esto es una gran ayuda como un ensayo de conducta para que cuando se tenga que afrontar lo que genera angustia, se pueda estar preparado. En el escenario mental cabe la posibilidad de hacer las cosas de forma diferente. Por ejemplo, se puede imaginar la situación de tener que dar una charla en público y hacerlo bien, a pesar del rubor.
- Hipnosis: es una herramienta que ayuda a la hora de superar un miedo. La hipnosis provoca la escisión momentánea entre mente-cuerpo. De esta manera, la persona se disocia de sus miedos, los ve desde otra perspectiva y no anticipa que el pánico la paralizará.