Las redes sociales se han hecho eco en los últimos meses de una nueva modalidad que consiste en practicar el yoga tradicional, pero con el acompañamiento de una silla, situación que modifica las posturas tradicionales para que se puedan hacer mientras se está sentado.
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Cabe destacar que dicha práctica no es nueva y desde hace años es también conocida como el yoga adaptativo, la cual fue inventado en 1982 por Lakshmi Voelker, instructora certificada de yoga Kripalu y miembro de la Asociación Internacional de Terapeutas de Yoga.
Su modalidad se puso muy de moda en el 2020, momento en donde se transitó por los momentos de pandemia por el COVID-19 que impactaron el planeta e hizo que las personas debieron permanecer encerrados en sus hogares para evitar su propagación.
Cualidades del yoga en silla
La accesibilidad es sin dudas el mayor atractivo que ofrece esta práctica. Dependiendo de cómo se use la silla, es que se determina el grado de intensidad cuando se realizan estiramientos para mejorar posturas y asimismo, cuando se realizan ejercicios de respiración y técnicas de relajación.
Al llevar la práctica a un formato sentado o apoyado, se abre el mundo del yoga a aquellos que de otro modo podrían quedar excluidos debido a limitaciones físicas o incomodidad con las colchonetas, por ello, todos pueden participar sin importar su edad, movilidad o nivel de condición física y también sirven para los que se están recuperando de una enfermedad o lesión, sufren de fatiga crónica, no pueden o no desean sentarse en el piso.
El yoga en silla ayuda a:
- Mejora de la flexibilidad.
- Fortalecer los músculos.
- Mejorar la postura.
- Reducir el estrés.
- Aumentar la conciencia corporal para mejorar la coordinación y equilibrio.
- Mejora la circulación.
- Aumentar los niveles de energía al mejorar la circulación y aliviar la tensión muscular.
- Desarrollar adaptabilidad, ideal para personas de todas las edades y niveles de condición física.