La ansiedad es una reacción natural del organismo ante situaciones que percibimos como amenazantes o estresantes. Se trata de un mecanismo de defensa que nos prepara para afrontar el peligro o el desafío. Sin embargo, cuando este sentir es excesivo, frecuente o desproporcionado, puede convertirse en un problema que afecta a la salud física y mental.
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Según Psicología y Mente, los síntomas de la ansiedad pueden variar según la persona y el tipo de trastorno, pero algunos de los más comunes son: nerviosismo, inquietud, miedo, preocupación, dificultad para concentrarse, irritabilidad, insomnio, palpitaciones, sudoración, temblores, náuseas, mareos, falta de aire, sensación de ahogo, opresión en el pecho, dolor de cabeza, etc.
Esta emoción puede tener diversas causas, como factores genéticos, biológicos, psicológicos, sociales o ambientales. Algunas situaciones que pueden desencadenar o agravar la ansiedad son: cambios vitales, problemas personales, laborales o familiares, estrés, traumas, enfermedades o el consumo de sustancias.
Consejos contra la ansiedad
Para controlar la ansiedad, existen diferentes estrategias que podemos aplicar en nuestro día a día. A continuación presentamos algunos consejos para disminuirla en base a los portales especializados Healthline, así como Psicología y Mente.
Algunas recomendaciones son:
- Ejercicio físico: practicar una actividad física moderada y regular ayuda a liberar endorfinas, mejorar nuestro estado de ánimo, reducir el estrés, relajar los músculos y favorecer el sueño.
- Alimentación saludable: llevar una dieta equilibrada y variada aporta los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo y del cerebro. Además, hay evitar el consumo excesivo de cafeína, alcohol, tabaco y otras sustancias que pueden alterar el sistema nervioso.
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- Aromaterapia: el uso de aceites esenciales con propiedades relajantes, como la lavanda, la manzanilla o el romero, puede ayudarnos a calmar la ansiedad. Podemos aplicarlos en la piel, inhalarlos o difundirlos en el ambiente.
-Ríe y sal con amigos o familiares: dicen que la risa es una terapia curativa para todos los males, y contra la ansiedad no es la excepción. Hay que divertirse, hacer cosas que nos hagan reír, salir a tomar un paseo, compartir con amigos y familiares que nos hagan sentir bien. Sólo disfruta y despeja tu mente.
- Respiración diafragmática: se trata de una técnica que consiste en respirar profundamente desde el abdomen, de forma lenta y rítmica. Esto nos permite oxigenar mejor nuestro cuerpo y nuestra mente, reducir la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y disminuir la tensión muscular.
-Escucha música: diversos estudios han comprobado que la música tiene efectos beneficiosos en el cerebro, mejora el estado de ánimo y nos hace feliz, así que escucha la música que más te guste. No selecciona una con letra deprimente, que te haga sentir triste o inquieto, elige temas con letras alegres, que te impulsen a seguir y mejoren el ánimo.
- Relajación muscular progresiva: es un método que consiste en tensar y relajar los distintos grupos musculares del cuerpo, empezando por los pies y terminando por la cabeza. De esta forma, se logra una sensación de relajación física y mental.
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- Mindfulness: es una práctica que implica prestar atención al momento presente, sin juzgar ni reaccionar a los pensamientos, emociones o sensaciones que surgen. El objetivo es aceptar la realidad tal como es, sin resistirse, ni evitarla, desarrollando una actitud de compasión y amabilidad hacia uno mismo y hacia los demás.
- Reestructuración cognitiva: es una técnica que consiste en identificar y modificar los pensamientos negativos, irracionales o distorsionados que generan o mantienen la ansiedad. Se trata de sustituirlos por pensamientos más realistas, positivos y adaptativos, que nos ayuden a afrontar las situaciones de forma más eficaz.
Estas son algunas de las estrategias que podemos utilizar para controlar la ansiedad. Sin embargo, si es muy intensa, persistente o interfiere en la vida cotidiana, es recomendable acudir a un profesional de la psicología o psiquiatría, que ofrezca un tratamiento adecuado.
La ansiedad no es una debilidad, ni una enfermedad, sino una respuesta adaptativa que podemos aprender a gestionar. Conocer sus causas, síntomas y soluciones nos permite enfrentarnos a ella con más confianza y recursos.
Recuerda que no estás solo/a, y que siempre puedes contar con el apoyo de tu familia, tus amigos o un profesional.