Marina Sangonzalo Candel, especialista en Psicología Clínica del Hospital Quirónsalud Valencia, España, resalta los grandes beneficios para la salud física y mental que se puede desarrollar por convivir constantemente con la práctica del beso.
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“Sabemos que el acto de besar a una persona, aumenta la estimulación de las glándulas salivales, incrementando la secreción de saliva. La saliva es el protector natural de los dientes, al contener inmunoglobulinas y minerales capaces de tener un efecto de neutralización de ácidos, de remineralización del esmalte y en lubricación de las mucosas”, explica la especialista española.
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En concreto, al besarse con una persona que genera gusto sexual o amor, puede generar la liberación de endorfinas y hormonas como la dopamina y la oxitocina, causante de que los seres humanos puedan sentirse de mejor ánimo, pero también es capaz de aliviar ciertos tipo de dolores físicos no tan intensos, además que fortalece el sistema inmunitario.
El poder del beso
En la acción del beso se puede llegar a mover hasta 36 músculos y el latido del corazón puede pasar del reposo hasta la agitación en muy poco tiempo, situación que puede genera diversos beneficios.
Al besarse se intercambian bacterias y virus, lo cual puede parecer poco higiénico, pero en realidad puede fortalecer el sistema inmunológico. Este intercambio ayuda al cuerpo a crear defensas contra los patógenos comunes, lo que potencialmente puede mejorar la resistencia a enfermedades leves.
Los besos también pueden ayudar a disminuir los distintos niveles de estrés ya que en el acto se liberan sustancias como oxitocinas, mismas que favorecen a los sentimientos de afecto y bienestar pero también disminuyen los niveles de cortisol, considerada la “hormona del estrés”.
Desde el punto de vista sexual, los besos profundos durante las relaciones aumenta las probabilidades de tener un orgasmo, siendo más significativos y sensuales para las mujeres, ya que el 52,8% de los hombres tendrían relaciones sexuales sin antes besarse, frente al 14,6% de las mujeres, así lo resalta un estudio realizado en Albany, Estados Unidos, en el 2018.
