En el mundo de los perfumes, el incienso es un ingrediente muy exótico y exquisito. Se trata de una sustancia aromática cargada de historia y de espiritualidad. La palabra incienso proviene de la voz incensum que, por su traducción del latín, literalmente significa “lo que se quema”, y es con esta historia que esta resina procedente de árboles pertenecientes a la familia de las burseráceas, originarios de Arabia, de la India y de África, se ha utilizado en ceremonias religiosas para purificar el ambiente e introducir a los fieles en el rezo o la meditación.
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El “Olimpo” de los perfumes clásicos de hombre tiene muchas fragancias que cuentan con incienso entre sus notas, que se emplea como nota de fondo, es decir, aquellas que aportan profundidad e intensidad a una esencia y que suelen manifestarse sobre la piel transcurridas dos horas tras la aplicación del producto. A continuación, te dejamos una lista con algunos de los mejores perfumes con este místico aroma.
L’Orpheline
En primer lugar está este perfume de Serge Lutens que contiene notas de ceniza, madera y musgo que, en contraposición a ingredientes como la menta o el mismísimo incienso, lo convierten en una poción sumamente sensual. Sobre la piel tiene mucho carácter ya que se mantiene durante horas.
Amber Empire
La primera versión de Amber Empire de Atkinsons está considerada por los expertos en perfumería como el primer perfume masculino oriental que aterrizó en el mercado occidental en 1927. Esta versión, reformulada en 2015, conserva su carácter, aunque se presenta moderna, sensual y compleja.
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Bois D’Encens Armani Privé
Bois D’Encens Armani Privé de Giorgio Armani es ideal para los hombres que buscan un perfume cuyo olor a incienso tenga una fuerte presencia. Está inspirado en el olor de todas aquellas iglesias que el diseñador visitaba de pequeño de la mano de su abuela.
Loewe 7
La eau de toilette Loewe 7 de Loewe, unos 14 años después de su lanzamiento, sigue siendo una fragancia de referencia para muchos hombres. El número 7 que lleva su nombre no es casualidad ni capricho; es, curiosamente, la cantidad de ingredientes que se emplearon en su composición.
