Cada vez son más las personas en el mundo las que sufren de trastorno del sueño, una situación que de verdad genera importantísimos efectos negativos en la salud tanto física como mental de sus afectados, por ello, la ciencia se ha encargado en las últimas décadas de encontrar posibles causas y sobre todo, soluciones al problema.
El desarrollo tecnológico impactó seriamente este tema y aumento los porcentajes de afectado ya que cada vez son más los que pierden hora de descanso nocturno por estar inmerso en el universo digital que ofrecen los teléfonos celulares, tablets o computadoras.
La Universidad Estatal de Oregón, en Estados Unidos, advierte que la llamada luz azul, el tipo de luz emitida por estos aparatos, podría ser altamente problemática para el ritmo circadiano (el ciclo de alternancia entre vigilia y sueño).
Exposición de luz
Los especialistas tomaron células que se encuentran en los ojos y las expusieron directamente a la luz azul (simulando en el laboratorio lo que sucede cuando consultamos nuestro celular). Allí vieron que la alta intensidad de las ondas dispara una reacción química: las moléculas de la retina se oxidan por la luz y crean especies químicas tóxicas.
“Los fotorreceptores son como un vehículo y la retina vendría a ser el gas. Si esto es así, entonces la luz azul es una chispa peligrosa. Mirar una pantalla, en particular si lo hacemos de noche, implica absorber esta luz en un área muy pequeña dentro de nuestro globo ocular, lo que puede intensificar dicha luz, de la misma manera que una lupa sostenida contra el sol magnifica la intensidad lumínica, al punto de quemar algo”, explicó Ajith Karunarathne, uno de los autores.
Diferentes investigaciones anteriores ya había relacionado la exposición excesiva a la luz azul de los dispositivos cotidianos con insomnio, obesidad y ceguera, pero este hábito podría estar involucrado también en el aceleramiento del envejecimiento.