La piel debe ser cuidada los 365 días del año, así lo indica un estudio de la Universidad de Harvard liderado por Robert H. Shmerling, editor docente senior de Harvard Health Publishing, y miembro del Consejo Asesor Editorial, quien explica que los seres humanos deben adquirir varios hábitos para priorizar la calidad de la misma y no depender únicamente del agua y jabón de los baños diarios.
Llegar a la vejez es inevitable y cuando se tiene la dicha de transcurrir las distintas etapas de la vida, aunque se quiere evitar a toda costa es imposible que no se llegue con la piel deteriorada y cansada, por eso, el especialista de Harvard explicó en sus conclusiones varias medidas y hábitos a tomar en cuenta para cuidar la piel
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Medidas y hábitos
- Proteger la piel del sol: la exposición al sol envejece la piel de manera prematura y contribuye a la aparición de arrugas finas y manchas, además de incrementar el riesgo de padecer cánceres de piel. Por ello, afirman estos expertos, uno de los mejores productos que podemos emplear para cuidar la piel es una crema solar con un factor 30 o superior.
- Darse duchas y baños cortos: una ducha corta, de unos cinco minutos, mantiene la piel hidratada. Por el contrario, permanecer bajo el agua más de diez minutos tiene un efecto paradójico y comienza a filtrarse la humedad.
- Bajar la temperatura: el agua muy caliente despoja a la piel de sus aceites naturales. Por ello, la mejor fórmula es tratar de mantener la temperatura caliente como para que resulte cómoda, pero sin pasarse.
- Hidratar la piel: nada más salir de la ducha, estos expertos recomiendan aplicar una capa de crema hidratante para sellar la humedad en la piel. Los ingredientes clave son la dimeticona, la glicerina o el ácido hialurónico.
- Mantenerla suave: al usar limpiadores, es mejor evitar aquellos con fragancias fuertes o con alcohol, ya que pueden secar la piel. Igualmente, se debe tener cuidado con los productos antiedad con componentes como retinoides o alfa hidroáxidos, ya que incrementan la irritación.
- No fumar: además de provocar cáncer y muchas otras enfermedades, este hábito reduce el flujo sanguíneo y puede desencadenar en la aparición de arrugas prematuras.