Por más que infinidades de publicidades de bebidas energéticas aseguren en sus spot publicitarios que su producto es el mejor, la realidad es que para saciar la sed e hidratarse por cualquier circunstancia o momento, no existe nada mejor que el agua.
PUBLICIDAD
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda tomar entre 1.5 a 2 litros de agua al día. Sin embargo, esta recomendación a veces es complicada de mantener para las personas a las que no les gusta el sabor del agua corriente. Para compensar, algunos optan por recurrir a las aguas con gas.
Beneficios del agua sin gas con gas
Bettina Sarhosoglu, nutricionista y naturópata parisina, explica que “l agua sin gas desempeña varias funciones dentro del organismo: elimina los desechos, favorece el tránsito intestinal, compensa las pérdidas diarias de agua debidas a la sudoración y la orina, regula la temperatura interna y participa en el buen funcionamiento de los riñones. A diferencia del agua con gas, también tiene una acción contra la retención de líquidos”.
Para los deportistas, el agua con gas puede ser interesante para la recuperación. Debido a la sudoración, se pierden muchos minerales, especialmente el sodio. Beber agua con gas ayuda a compensar esta pérdida.
Sarhosoglu agrega que “diario, recomiendo beber agua con bajo contenido en minerales. Puedes considerar las aguas ricas en minerales siempre y cuando tengas un problema particular como fatiga o estreñimiento. En la vida cotidiana, se recomienda recurrir a las frutas y verduras para obtener minerales, antioxidantes y fibra. Por lo tanto, puede ‘personalizar’ su agua de acuerdo con su salud general”.
El agua con gas alivia a las personas que sufren problemas digestivos y alivia el tránsito intestinal. También es una buena alternativa para las personas que son adictas a los refrescos. Pueden recuperar el sabor efervescente en agua carbonatada sin tener que consumir demasiada azúcar.