Mucho se ha hablado en el pasado de los daños que puede producir el uso excesivo del celular pero ¿sabías que la luz que emiten nuestros teléfonos celulares, las tablets, las computadoras y los televisores pueden acarrear una serie de problemas?
Además de producir insomnio y fatiga ocular, la luz azul de los dispositivos electrónicos también hace que nuestro rostro envejezca más rápido. Junto con el rostro, la delicada piel del cuello, la zona submentoniana (papada), las líneas marioneta y el surco nasogeniano también se ven afectados.
Esta luz, según los especialistas, aunque tiene beneficios, también tiene efectos dañinos para la salud. Y es que se trata de una emisión altamente energética y dañina para nuestro rostro, que es con lo que entra en mayor contacto. Esta podría provocar efectos envejecedores similares a los que produce la luz solar en la piel.
Una investigación arrojó que la luz del celular puede envejecer más rápido la piel
Investigadores de la Universidad Estatal de Oregón llevaron a cabo un estudio en el que utilizaron fruta para comprobar los efectos de la luz azul. Encontraron pruebas de que nuestras funciones celulares básicas podrían verse afectadas por esta luz que se emite desde los smartphones y otros dispositivos.
“La exposición excesiva a la luz azul de los dispositivos cotidianos, como televisores, ordenadores portátiles y teléfonos, puede tener efectos perjudiciales en una amplia gama de células de nuestro cuerpo, desde las células de la piel y la grasa, hasta las neuronas sensoriales”, afirma la doctora Jadwiga Giebultowicz, autora principal de este estudio y profesora de Biología Integrativa en la Universidad Estatal de Oregón.
Los investigadores de la Universidad Estatal de Oregón, que han descubierto que la luz azul de las pantallas LED digitales acelera el proceso de envejecimiento de las moscas de la fruta. En un artículo publicado este pasado miércoles en la revista Frontiers in Aging, el estudio sugiere que la luz altera los niveles de metabolitos -una sustancia química utilizada para mantener las células funcionando correctamente- en los insectos.
La hipótesis es que la luz azul llega hasta la segunda capa de la piel: la dermis, donde se encuentra el colágeno, la elastina y el ácido hialurónico. Esto podría llevar a tener una piel seca, deshidratada y con la pigmentación alterada como consecuencia de las largas horas frente a las pantallas y el estrés oxidativo que producen