Una investigación arqueológica en Medio Oriente ha revelado lo que parecen ser pistas de una antigua civilización olvidada hace siglos que utilizó lenguas desconocidas para promover el multiculturalismo y la estabilidad política.
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En la investigación se descubrió un idioma minoritario gracias a escribas del gobierno (antes desconocido para los eruditos modernos) y se llama kalašma, porque parece haber sido hablado por un pueblo sometido en un área llamada Kalašma en el territorio de la franja noroeste del imperio (ahora Turquía).
Este descubrimiento sugiere que el imperio se dispuso a registrar, estudiar y preservar de manera escrita incluso las lenguas más escondidas. Esto también abre la puerta a la posibilidad de que se descubran otras pequeñas lenguas de Medio Oriente, también desconocidas (registradas en tablillas de arcilla imperiales hititas) en la serie particular de los scriptoria antiguos que los arqueólogos están excavando en Bogazköy.
Los escribas de la administración pública del imperio escribieron todos sus manuscritos en una versión hitita de una escritura preexistente de origen mesopotámico (el sistema de escritura más antiguo del mundo) llamada cuneiforme, que consiste en líneas en forma de cuña dispuestas en grupos que representan sílabas.
Recordemos que en lo que es hoy Turquía, en la antigüedad de trataba de una zona del Medio Oriente particularmente rica en idiomas. En la actualidad, solo se conocen cinco lenguas minoritarias del imperio hitita de la Edad del Bronce, pero en realidad, dada la topografía montañosa, es posible que hubiera al menos 30, ya que la presencia de montañas y valles en un lugar suelen influir en que tantas lenguas se puedan desarrollar.
De hecho, justo al lado del antiguo imperio hitita se encontraba la región de la cordillera del Cáucaso, que todavía hoy cuenta con unos 40 idiomas. La lengua hitita es la lengua indoeuropea documentada más antigua del mundo.
Las excavaciones en curso en Turquía (en las ruinas de la antigua capital del imperio) están desentrañando pruebas extraordinarias de que la administración pública imperial destinaba departamentos enteros a investigar, total o parcialmente, las religiones de los pueblos sometidos, durante el segundo milenio a.C.
