Por más que sea una de las característica nutricionales más recomendada por los especialistas, la realidad indica que son muchas las personas la que por distintas razones no consumen la cantidad de frutas y verduras necesarias para que el cuerpo humano puede conseguir los antioxidantes y nutrientes ideales para que los seres humanos desarrollen optimas condiciones de salud.
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Una investigación desarrollada por la University College of London, en el Reino Unido, fue categórica al indicar que cada ser humano debería de comer como mínimo 7 porciones de vegetales y frutas al día para así evitar enfermedades cardíacas. Es por ello, la gran importancia de que incluir en la dieta este tipo de alimentos fundamental para los humanos.
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El estudio científico resalta que el no consumir ni frutas ni verduras genera mucho más riesgo de padecer patologías cardiovasculares por restarse contenido acuoso y potasio a la dieta, dos factores importantísimos además de la fibra para prevenir diversas enfermedades, como por ejemplo, la aterosclerosis, problemas circulatorios, hipertensión, entre otros.
2 consejos para integrar en la dieta las frutas y verduras
- Creatividad: Es crucial el atreverse a ingerir las verduras de un modo original. Existen muchas formas de comer los vegetales más allá de que sean hervidos o en ensalada, por ejemplo, las verduras asadas a la parrilla también son una opción distinta y sobre todo muy sabrosa.
- Elegir fruta y verdura de estación: En este consejo la mejor persona que te puede guiar es tu vendedor de verduras, ya que él es el más indicado en decirte cuáles son las variedades de la temporada, las que están mejor preparadas para dar un mejor sabor y sobre todo, algo muy fundamental: cuáles son las de mejor accesibilidad económica del mercado.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ONUAA), conocida también como FAO, indicó también que en 128 de 156 estudios dietéticos, se encontró que el consumo de frutas y verduras reduce el riesgo de cáncer de pulmón, colon, mama, cuello uterino, esófago, cavidad oral, estómago, vejiga, páncreas y ovario.
