Como casi todo lo que tiene que ver con la salud, es importante reconocer las primeras señales de alarmas, muchas veces, que pasan desapercibida y son concebidas como algo normal, pero no, no lo son.
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Es así el caso de Alzheimer, patología que lamentablemente hasta los momentos no cuenta con una cura total, sin embargo, detectarlo desde su primera manifestación permite que mediante una será de tratamientos ésta pueda ser controlada y deje a los especialistas en mejor posición para combatirlo.
Señales de alerta
Investigación desarrollada en España por la Fundación del Cerebro, explica que las señales más comunes en la primera etapa de lo que es considerado como la causa de demencia más común en el mundo, tienen relación con el trastorno de la memoria y son síntomas asociados con el olvido de eventos recientes o de información recién aprendida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó en su último informe anual que el Alzheimer afecta a más de 115.4 millones de personas y en sus primeros pasos es casi imperceptiblemente, por lo que es difícil identificar su inicio preciso.
Entre los indicadores más comunes de los primeros síntomas se encuentra la amnesia. Es decir, una persona que desarrolla demencia puede tener problemas para recordar detalles como una ocasión puntual, una conversación de ese mismo día, o no puede recordar periódicamente (día, semana, mes o año), por eso la contención familiar se vuelve clave en el proceso.
La Alzheimer´s Association, organización de salud dedicada a la atención de investigación de la enfermedad, menciona también estos factores que puede ser un llamado de atención:
- Se pueden notar alteraciones en su capacidad para planificar o llevar a cabo tareas numéricas y enfrentar dificultades para gestionar asuntos financieros.
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- Episodios de olvidos para llegar a un lugar conocido o recordar las instrucciones de un juego habitual.
- Desorientación y olvido de fechas y paso del tiempo.
- Dificultad en la comprensión de imágenes visuales: sufren alteraciones en su visión encontrándose para estimar distancias y percibir colores o contrastes.
- Olvido de palabras al hablar o escribir.
- Cambios en el humor o la personalidad (confusiones, desconfianza, depresión, miedo o ansiedad).