El volcán Etna registró una nueva erupción de lava que expulsó también una nube de ceniza sobre la ciudad de Catania, en la isla de Sicilia, Italia, forzando además a tener que cerrar el aeropuerto de la ciudad.
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“A causa de la actividad eruptiva del Etna, el aeropuerto de Catania se ha cerrado”, anunció en un comunicado la gestora del aeródromo, que pide a los pasajeros que consulten con su compañía aérea posibles cambios o desvíos, también en los vuelos de llegada.
El Etna es el volcán más activo y más alto de Europa, con tres mil 324 metros de altura. Usualmente presenta frecuentes erupciones que suelen cubrir de ceniza las ciudades sicilianas a su alrededor, la última de ellas en mayo. Hace dos años el aeropuerto fue cerrado varias veces por esta misma razón.
La actividad de la enorme montaña volcánica fue confirmada por el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (Ingv) que informó además que el volcán se “convirtió en una fuente de lava”, produciendo una nube eruptiva dispersa por los vientos en dirección sur, además de un desvío de la colada hacia el sur del cráter a una altitud de 2.800 metros.
La clausura del aeródromo coincide con el inicio de las vacaciones por el 15 de agosto, que en Italia se conoce popularmente como “Ferragosto”, y con la isla de Sicilia como uno de los destinos favoritos de los italianos y de los extranjeros en el verano.
El célebre volcán también tiene una historia en la mitología griega, pues Etna era el volcán en cuyo interior se situaban las fraguas de Hefesto, que trabajaba en compañía de cíclopes y gigantes. El monstruoso Tifón yacía debajo de esta montaña, lo que causaba frecuentes terremotos y erupciones de humo y lava. Su nombre deriva de la ninfa Etna, hija del gigante Briareo y de Cimopolia, o de Urano y Gea, que se convirtió en la deidad de este famoso volcán. Por ello, fue la juez que resolvió la disputa sobre la posesión de Sicilia entre Deméter y Hefesto.