Estilo de Vida

Aprende el sencillo truco para dejar de morderte las uñas

Steffen Moritz encontró un método perfecto para dejar de morderse las uñas y también para evitar los otros comportamientos nerviosos similares

Morderse las uñas es un mal hábito en el que muchas personas caen sin darse cuenta. Otros comportamientos como pellizcarse la piel, morderse los labios y arrancarse el pelo también se dan de forma casi involuntaria y según especialistas, tienen lógicas explicaciones. Pero también tienen formas de evitarse.

La ciencia ha determinado que, aunque muchas personas pueden tener uno de estos hábitos en una forma menor, para un número más pequeño, pero aún significativo, de personas el comportamiento puede causar daños visibles en la piel, como parches de calvicie, cicatrices, llagas y lesiones, y afectar su salud mental. Y muchas de estas personas también tienen problemas coexistentes, como consecuencia, porque se avergüenzan de su comportamiento. Entonces, evitan la intimidad, sobre todo en la tricotilomanía (arrancarse el vello corporal) o en pellizcarse la piel, y evitan quitarse la ropa delante de su pareja, por ejemplo.

El jefe de Neuropsicología Clínica en el departamento de Psiquiatría y Psicoterapia en el Centro Médico Universitario Hamburg-Eppendorf en Alemania, Steffen Moritz, encontró un método perfecto para dejar de morderse las uñas y también para evitar los otros comportamientos nerviosos similares mencionados anteriormente.

Así puedes dejar de morderte las uñas

Si bien la terapia cognitivo-conductual guiada por un terapeuta se considera el tratamiento de referencia para estos comportamientos problemáticos, Moritz y su equipo de investigadores lograron desarrollar una técnica que puede evitar estos comportamientos, ayudándonos así a dejar de morder la uña.

La sugerencia de los especialistas pasa por implementar una suave técnica de autoayuda. La misma consiste en acariciar suavemente la piel de distintas maneras: haciendo círculos con los dedos índice y medio, golpeando los dedos índice y medio contra el pulgar, cruzando los brazos y acariciando los antebrazos, haciendo círculos con las yemas de los dedos sobre la palma de la otra mano, entre otras. Según la ciencia, si te preocupa especialmente rascarte la piel, puedes hacerlo sobre tu ropa en lugar de tocar directamente el cuerpo. De esta forma, evitarás morderte las uñas, los labios y hasta arrancarte el pelo.

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