La papa es por excelencia, una de las verduras más utilizadas en el amplio mundo de la gastronomía debido a su gran sabor y en especial por sus diversas cualidades nutritivas, además, por las diversas formas que se pueden presentar.
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Este tubérculo considerado muy sano, ofrece una variada cantidad de vitamina C y B6, así mismo, otros nutrientes fundamentales para la salud humano como son considerados calcio, hierro y potasio. De acuerdo con expertos en cocina y científicos de la nutrición, las papas pueden perder sus nutrientes y ver alterada su estructura si se guardan en la heladera.
Mantener las papas frescas
Un factor negativo que puede alterar el sabor y cualidades de las papas son las bajas temperaturas, ya que está comprobado gracias a varios estudios que el frío causa el almidón de dicho alimento se convierte en azúcar y después en acrilamida, afectando significativamente el sabor y rendimiento de la cocción.
Las papas están seguras a una temperatura promedio de 10°C y por lo normal, el frío de los refrigeradores oscila en los 5°C o menos. Es importante resaltar también que son sensibles a la luz, por eso lo mejor es que se almacenen en un sótano o en una despensa oscura. Por último, se recomienda que no se rocen con otras verduras como las cebollas, que liberan un compuesto que hará que las papas se pudran con rapidez.
Con respecto a si se pelaron las papas, la mejor opción para conservarlas es echar agua fría en un recipiente, agregar unas gotas de limón, meterlas dentro de la heladera y tapar con un plástico transparente. Por su parte, si están cocidas, la mejor opción será guardarlas en la heladera. Hay que intentar siempre cocinarlas con su cáscara para que cuando estén cocidas, solo se pelarán las que se necesiten y se conservarán las otras intactas hasta tres días.