En 1991, un par de turistas que visitaban los Alpes, entre Austria e Italia, encontraron un cuerpo que, en principio, creyeron que pertenecía a un montañista perdido. Pero, en realidad, esos dos visitantes habían dado con los restos congelados de la persona que se convertiría en la momia más antigua registrada en toda Europa.
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Se trataba de los restos de un hombre que vivió en el lugar hace más de 5000 años y que, para la ciencia, pasó a llamarse Ötzi, porque fue hallado en la región de los Alpes de Otzal. Lo sorprendente del caso es que, gracias a su excelente conservación en el frío, su cuerpo permaneció prácticamente intacto a pesar de la cantidad de siglos transcurridos desde el último de sus alientos hasta hoy.
El hombre murió en 3230 a.c.
Y más sorprendente es todavía que, gracias a los análisis científicos, hoy se puede saber que esta momia, conocida también como el Hombre de Hielo, murió alrededor del año 3230 a. c. . Y ahora también es posible saber cómo murió.
Los estudios alcanzan tal precisión que incluso los científicos averiguaron qué pudo haber sido lo último que comió Ötzi. A través de la observación por tomografía computada de sus intestinos, se comprobó que allí había restos de pedazos de carne de cabra montés, granos de trigo y una carne algo grasosa que podría ser panceta.
Los expertos aseguran que nada de lo que comió este Hombre de Hielo en su postrera ingesta habría sido una delicia, pero, especialmente la grasa, era la comida indicada para combatir los intensos fríos de la zona.
¿Cómo murió Ötzi?
Otro de los estudios realizados en la anatomía de la momia más famosa de Europa dio como resultado un dato escalofriante. Ötzi no murió de frío, como en principio se creyó, sino que habría sido asesinado en un ataque con armas y, quizás, protagonizado por varios hombres.
En principio, el hallazgo de una herida en la mano, entre el índice y el pulgar, indicaría que el hombre agarró la hoja de una cuchilla o un elemento cortante similar como una manera de defenderse de un ataque letal. Pero también se pudo deducir, por las características del corte, que la herida se estaba curando cuando el hombre murió. Es decir, que el primer intento de asesinato sucedió días antes del definitivo.
Así, los científicos concluyeron en que la herida de la mano estaba prácticamente curada cuando Ötzi recibió un flechazo que se clavó justo en su hombro izquierdo, algo que habría dañado una arteria y habría provocado que el hombre muriera desangrado en pocos minutos.