Es cierto que es de suma importancia saber alimentarse de manera más saludable posible, en detalle, saber cuáles son las comidas que nos hacen bien para mantener el peso ideal, mantener sanamente los valores y los horarios correspondientes sin saltarse ninguna de las tres comidas recomendadas.
Sentir hambre en algún momento del día es más que normal, en especial, si se está transitando por algún tipo de dieta. Sin embargo, es de vital importancia saber reconocer y diferenciar el tipo de hambre que indica que corresponde comer o el que muchas veces se presenta por algún tema que pasa por lo emocional, como, por ejemplo, los distintos niveles de ansiedad.
Diferencias entre el hambre de comer y el emocional
La psicóloga española Sofía Gimbert, explicó en la revista Appetite que el hambre emocional de debe a la necesidad de comer como una respuesta a dichas emociones, en lugar de una demanda real de combustible para el cuerpo. En resumen, cuando se sienten niveles de estrés, ansiedad, tristeza o, incluso, aburrimiento, es posible hallar en la alimentación una forma de consuelo o distracción.
Según la especialista, existen tres señales que ayudan a clarificarlos y diferenciarlos:
1. Origen repentino: El hambre puede aparecer de repente, sin una sensación gradual de vacío en el estómago. Por otro lado, el hambre física se desarrolla de modo progresivo y está relacionado con el combustible que el cuerpo pide para funcionar.
2. Antojos específicos: Cuando hay hambre por las emociones, se tiende anhelar platos específicos, la mayoría de las veces reconfortantes o altos en grasas y azúcares
3. Satisfacción duradera: Al partir de las emociones, el hambre tiende a desaparecer temporalmente después de comer, pero no hay una sensación de plenitud real y duradera. Por otro lado, cuando se satisface el hambre físico con una comida equilibrada, se adquiere satisfacción y energía por un período duradero.